Sair El Kaiss es un fotógrafo libanés – venezolano que actualmente vive en la ciudad de Beirut, aproximadamente a dos kilómetros del sitio donde ocurrió la explosión que estremeció al mundo el martes pasado. Después de su jornada laboral, llegó a casa cuando sintió la explosión: “Lo primero que pensamos es que era un derrumbe o un terremoto; luego nos dimos cuenta de que había sido una explosión”, relata.
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Sair El Kaiss es un fotógrafo libanés – venezolano que actualmente vive en la ciudad de Beirut, aproximadamente a dos kilómetros del sitio donde ocurrió la explosión que estremeció al mundo el martes pasado.
Al ser consultado por cómo se encuentra Beirut dos días después de la explosión señala: “No es algo que se pueda describir lo que se ve en este momento en el sitio de la explosión”, y agrega: “Beirut es una ciudad reconocida por ser bonita y ordenada, lo que se ve después de la explosión es mucho destrozo, locales derrumbados. Todo en mal estado. El 50% de la capital está en ese estado”.
Tras la explosión hasta el momento se contabilizan cerca de 140 personas fallecidas y 5.000 heridas; además 300.000 habitantes de esta ciudad perdieron sus viviendas. Los organismos de socorro continúan en la búsqueda de cuerpos de posibles desaparecidos.
Para este fotógrafo lo ocurrido es injusto para los habitantes de esta ciudad y señala que la explosión ha agudizado la falta de credibilidad del pueblo libanés frente a las autoridades: “La gente perdió mucha confianza en el sistema político y judicial de este país con lo que pasó con la explosión. No es normal tener 2.750 toneladas de amoníaco sin cuidado alguno”.
El Kaiss, además reclama que “las autoridades no han querido dar una mínima explicación de qué pudo haber sido”, a lo que añade: “Por el momento no hay sospechas de que haya sido un atentado o algo provocado. La zona está toda cerrada, militarizada y están haciendo investigaciones para ver cuál fue el motivo; pero no se descarta ninguna opción”.
En las últimas horas el gobernador de Beirut, Marwan Abboud, señaló que “los daños pueden elevarse a entre 3.000 y 5.000 millones de dólares”
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Situación en hospitales y abastecimiento de alimentos
En un momento en el cual se vive una crisis sanitaria a nivel mundial, y después de que varios hospitales se vieran afectados por la onda explosiva, el sistema de salud en Beirut tuvo un colapso que hizo necesaria la instalación de hospitales móviles: “Han montado varios hospitales móviles en vías abiertas, donde pueden recibir a los heridos y tratar a quienes se pueda”.
Además indica que por ahora no hay desabastecimiento de alimentos: “El abastecimiento de alimentos por el momento está llegando. Hay mucha ayuda externa”. Cabe señalar que la explosión destruyó cerca del 85% de las reservas de trigo de Líbano, lo que puede poner en riesgo la seguridad alimentaria del país.