En estos últimos días hemos estado en Madrid de celebración gastro. Dos restaurantes clásicos y consolidados han estado de cumpleaños. Nos referimos por un lado al Chiscón de Castelló y por otro a Casa Paulino. 35
y 60 años respectivamente. Ahí es nada.
Sobre todo en estos tiempos en los que las aperturas y cierres de restaurantes se suceden a velocidad vertiginosa y en la que la fidelidad de los clientes se ha convertido en algo
prácticamente en desuso. Ahora se trata de probar y huir, de conocer y olvidar, aunque muchas veces lo correcto sea visitar y revisitar y confiar y guardar fidelidad a comedores donde se hacen muy bien las cosas desde
hace mucho tiempo.
El Chiscón de Castelló abrió sus puertas en el otoño de 1979 de la mano de su actual propietaria María Pérez en el mismo lugar de la calle Castelló donde ahora se ubica en un local con espíritu de bistrot que anteriormente había sido carbonería.
Pero aunque el Chiscón siga teniendo ese sabor de antaño, ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y no dejar anclada su cocina en el siglo pasado. Y lo ha hecho poniendo al frente de sus fogones a un gran chef, Miguel López Castanier. Miguel ha sabido mantener la tradición de los platos más demandados como las famosas croquetas del Chiscón , los
callos, la caldereta de lubina o el jarrete de ternera a la cerveza con nuevas creaciones que en nada tiene que envidiar a las recetas más actuales como el salmorejo con ceviche de corvina y el steak tartar, ahora
mismo uno de los platos más repetidos en cualquier carta de la capital.
El Chiscón nos invita ahora a regresar al año 1979 y por ello las noches de los miércoles de todo el mes de noviembre ofrece su Carta 35 aniversario con los platos más representativos de su cocina y atención, con los precios
el año de su apertura. Permiten además dichos miércoles abonar la
factura en euros.
Pero si estamos hoy en plan clásico, más nos vamos a poner todavía porque hablamos ahora de un superclásico y es que Casa Paulino celebra su 60 cumpleaños, así que nos trasladamos ni más ni menos que a los años 50 del siglo pasado cuando los padres del actual Paulino tuvieron la fortuna de resultar premiados con un décimo de lotería y decidieron
montar un pequeño negocio en el que ofrecer una cocina honesta y casera que les llevó a que su Casa Paulino haya sido considerada por muchos como el Zalacaín de los Pobres.
Lógicamente en 60 años son muchos los cocineros que han pasado por allí. Pues bien el pasado lunes y para celebrar su onomástica, en Casa Paulino tuvieron la genial de idea de juntar a doce de ellos en su cocina con el fin de crear doce platos diferentes con los que han confeccionado dos menús conmemorativos que pueden probarse en sus restaurantes
hasta finales de este año.
Entre estos doce amigos de Paulino, muchas caras conocidas; el propio Miguel López Castanier, actualmente en el Chiscón, o chefs tan emblemáticos como Iñaki Camba del restaurante Arce o Fernando Limón, uno de mis favoritos, de La Sopa Boba en Alpedrete.
Gemelos de Plata y su ruta gastronómica de la semana
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