Hoy en la ruta gastronómica de Gemelos de Plata os acercamos unos puntos que deben se incluidos en vuestra lista de preferencias. La primera de ellas es la taberna del chato. Su nombre proviene de la novedad de servir sus mini raciones en vasos tradicionales de chato de vino. Sus precios son imbatibles, la calidad de su cocina incuestionable y el buen ambiente que siempre se respira allí son un aliciente para volver rodeado de amigos en cualquier ocasión.
Abrieron su primera Taberna hace poco más de dos años en la calle de la Cruz, justo detrás de la Puerta del Sol y en septiembre haninaugurado una segunda taberna en el barrio de Arguelles, en la calle de Andrés Mellado. Fundamental probar su exquisito paté de perdiz, su tartar de bonito con algas wakame o sus nidos de langostino en salsa de soja.
The Hall: The Hall ocupa el local que durante años ocupó el añorado NODO de Alberto Chicote en la calle Velázquez. Con una decoración sorprendente y diferente obra del interiorista Alfons Tost, The Hall ha introducido un nuevo concepto en la gastronomía madrileña. Cocina non stop desde las 9.00 de la mañana hasta las 2.00 de la madrugada. Ideal para desayunos, comidas, cañas, cenas y por supuesto copas. Buen ambiente, gente guapa y lugar ideal para ver y ser visto. Lo mejor es que frente a lo que suele ocurrir muy a menudo en este tipo de locales, en The Hall se come razonablemente bien.
Oribú Gastrobar. Nos vamos ahora hasta la calle Barquillo para conocer allí Oribú Gastrobar, un local de grandes dimensiones con distintos comedores ideal por tanto para celebrar comidas de amigos. Cocina fusión japo mediterránea, ha diseñado para estas próximas celebraciones pre-navideñas tres menús a 25,35 y 45 euros con bebida incluida.
Al frente de los fogones de Oribu (oliva, en japonés) se encuentra Óscar Horcajo un joven chef con una amplia trayectoria que ha trabajado junto a cocineros tan afamados como Pedro Larumbe o Alberto Chicote. Entre sus platos destacar los Dim-sum de rabo de toro , la tortilla de patatas fritas en tempura o las albóndigas de pollo de corral en guiso de coco. Una apuesta tan atractiva y rompedora como apetitosa.
Alcocer, 42. Es el último proyecto empresarial de Jorge Baeza, un joven chef ahora reconvertido en empresario que sabe muy bien lo que se hace. La joya de Alcocer, 42 es sin duda su horno Josper, un horno de altísima calidad que pocos restaurantes poseen y que es una combinación entre horno tradicional y parrilla que permite alcanzar temperaturas de 500 grados y utilizar sarmiento o carbón vegetal con el fin de dar a sus asados ese característico olor a leña. Además de ser un local plenamente de moda , se come francamente bien. Su solomillo al tuétano es espectacular.
Javier Munárriz.
Gemelos de Plata y la ruta gastronómica de la semana
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