Analizamos la situación de Cuba con Alfredo Arahuetes, profesor de Economía de Comillas ICADE y subdirector de la Cátedra de América Latina de la Universidad Pontificia Comillas, para conocer las claves económicas de los movimientos de protesta y de la enorme necesidad de alimentos, de energía o de medicamentos que hay en la isla.
Como apunta el profesor, es muy difícil hacernos una idea de la dimensión de la situación porque "la información llega por distintos canales, pero muy a cuentagotas".
Escucha el análisis completo en este podcast:
Hablamos con Alfredo Arahuetes, profesor de Economía de Comillas ICADE y subdirector de la Cátedra de América Latina de la Universidad Pontificia Comillas sobre las protestas en el país americano
Alfredo Arahuetes explica que Cuba era una economía integrada con el mundo comunista hasta que se produjo la disolución de la Unión Soviética en 1991. Tras unos años difíciles buscando alguna inserción económica internacional, a finales de la década de los 90 "se encontró con la Venezuela de Hugo Chávez", que les proporcionó petróleo.
Lo que ocurrió fue que cuando empieza a caer el precio del crudo a partir de 2013, Venezuela "empieza a perder competencia técnica para poder explotar sus recursos", y el país "entra en una caída tremenda".
Así, desaparece la ayuda de Venezuela, desaparecen las ayudas y, con la pandemia, desaparece el turismo para Cuba. "Un país que exporta muy poco, en torno a 1.800-1.900 millones de dólares, necesita importar por valor de 4 veces y pico lo que exporta para poder vivir", apunta el subdirector de la Cátedra de América Latina de la Universidad Pontificia Comillas. Y subraya también que "ese gap que tiene de necesidad de financiación no tiene cómo cubrirla".
Ausencia de libertades y de inserción internacional
¿Existe un bloqueo internacional? Alfredo Arahuetes opina que lo que existe es un bloqueo americano, y apunta que "Estados Unidos tiene escasísimas relaciones económicas con Cuba".
El profesor de Economía de Comillas ICADE señala que el problema es que Cuba no tiene definida una inserción internacional. "Ha ido buscando resquicios para que el régimen se pueda mantener sin necesidad de hacer ningún tipo de reforma", añade.
En este sentido, explica que cuando están absolutamente ahogados hacen reformas tales como empezar a permitir que haya explotación privada de la agricultura, o dejar que haya iniciativa privada en otra actividad económica. Sin embargo, "cuando resuelven la situación de alguna manera transitoria, todas esas reformas inmediatamente dan marcha atrás y vuelve otra vez la visión del estado comunista, interviniendo absolutamente en todos los ámbitos de la sociedad".
Pese a que, como indica Arahuetes, Cuba es un país que "podría tener un potencial de crecimiento impresionante", la ciudadanía está completamente ahogada.
Además, apunta que "tampoco los grandes protectores de la isla, China y Rusia, están dispuestos a dar una cantidad de dinero regularmente que vaya salvando la situación económica de la isla".
En cuanto al caso de España, que tiene 285 empresas en Cuba, el profesor de Economía considera que "hay que ser muy cuidadoso" y que el juego diplomático español tiene que ser "muy fino".