El Banco de España acaba de publicar un informe en el que analiza el potencial del teletrabajo en España. Una modalidad que, aunque se ha extendido a raíz de las medidas de confinamiento, sigue muy por debajo de la media europea en nuestro país.
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Según la Encuesta de Población Activa, el porcentaje de ocupados que trabaja desde casa, aunque sea de forma ocasional, era del 8,3% en 2019. Esto supone un crecimiento de un 2,4% con respecto a 2009.
También depende mucho del tipo de ocupación. Es una modalidad más extendida entre los autónomos, en las empresas pequeñas y entre las ocupaciones cualificadas.
El informe también destaca que el teletrabajo está poco implantado en algunas ramas de actividad que podrían haberse visto favorecidas por los nuevos avances tecnológicos.
Aquí se refiere a las manufacturas, la Administración Pública, el transporte y el almacenamiento, las actividades administrativas, el comercio y otros servicios.
También se aprecian diferencias en la edad. Esta forma de trabajo no presencial está más extendida entre personas de entre 35 y 65 años y entre trabajadores con formación universitaria.
A pesar de que no todas las tareas lo permiten, el informe destaca que el 30% de los ocupados podría teletrabajar, al menos ocasionalmente, “por lo que aún existe un amplio margen de mejora en el uso de esta modalidad de trabajo”, según el regulador.
Pero también señalan que este incremento potencial es asimétrico y no todos los trabajadores se van a aprovechar de él, dado que aquellos con menor nivel educativo tienen dificultades para poder beneficiarse de esta forma de trabajar.
Aumento debido al coronavirus
El Banco de España también recoge en su informe una encuesta que el regulador ha realizado recientemente. Muestra que en el grupo de empresas encuestadas, casi el 80% han aumentado el teletrabajo.
Pero en este sentido, señala que es posible que en algunos casos se esté haciendo una adaptación laboral en una situación extraordinaria y que algunas tareas que, en condiciones normales, sería deseable realizarlas en el centro de trabajo se estén realizando desde el domicilio.
Por eso uno de los objetivos del informe es determinar qué trabajo podrían hacerse desde casa. También busca aclarar en qué medida se ha extendido el teletrabajo en España en los diez últimos años y en qué grupos de trabajadores y empresas.
Una de las consecuencias del teletrabajo es el aumento de la productividad, pero con matices. Beneficia en el caso de tareas creativas, pero puede ser negativo a la hora de llevar a cabo tareas urgentes y complejas.
Además tiene otros pros y contras. Como aspectos positivos, los teletrabajadores suelen valorar la flexibilidad o que no se pierde tiempo en los desplazamientos.
La cara negativa, es que algunos achacan cierta falta de comunicación con colaboradores, la sensación de trabajar en solitario y la mayor dificultad para desconectar del trabajo.
En este sentido, algunos autores abogan por favorecer el teletrabajo, pero no de forma continuada, sino alternando el trabajo en casa con la presencia física en la empresa. Algo que podría favorecer también que se alargue la edad de jubilación.
Situación en España
De los casi 20 millones de ocupados que había en España en 2019, 1.640.000 (8,4%) indicaron que trabajaban en su domicilio ocasionalmente. Y 950.000 (4,5%), que lo hicieron más de la mitad de los días laborables.
Pero en el siguiente gráfico puede ver como España está por debajo de la media europea y muy alejada de los países con mayor implantación:
Por tipo de trabajo, los autónomos son los que más veces trabajan desde casa. Entre los asalariados, se observa un mayor peso en los que tienen un contrato indefinido. Y es todavía mayor en los que tienen más años de experiencia laboral.
Durante los años de la recuperación tras la anterior crisis, todos los asalariados, tanto fijos como temporales, incrementaron esta modalidad de trabajo.
Por tamaño de empresa (al margen de los autónomos), el teletrabajo es más frecuente en las empresas de tamaño medio (entre 50 y 250 empleados). Aunque en los últimos años, las empresas más grandes han ido incrementando su participación en el teletrabajo.
Según los datos de la EPA, en el período 2009-2019 la proporción de empleados con teletrabajo en empresas con más de 50 trabajadores pasó del 16% a casi el 20%.
Margen de mejora
Por características laborales, los asalariados con contrato indefinido serían los que tendrían más margen para aumentar su potencial de teletrabajo.
Según recoge el Banco de España, la proporción estimada de asalariados indefinidos que podrían trabajar en su casa es del 31%, frente al 5% observado.
Las empresas de más de 50 trabajadores también podrían aumentar su proporción en un 27%.
También el regulador apunta a que las actividades cualificadas presenta un alto margen de mejora, del 40% en el caso de las ocupaciones de técnicos y profesionales de apoyo y en las de empleados contables, administrativos y otros empleados de oficina.
Además empleos dentro de las categorías de directores y gerentes, y técnicos y profesionales científicos e intelectuales, podrían aumentar el porcentaje de trabajadores con teletrabajo en más de 30 puntos porcentuales.