La libertad económica, consustancial al conjunto de derechos o libertades humanas, es clave para que los individuos sean capaces de definir cuáles son los mejores medios para poder atender sus necesidades y también poder desplegar sus acciones en coordinación con el resto.
De acuerdo al Índice de Libertad Económica (ILE), España es superada por gran parte de los países desarrollados, al encontrarse en la zona
media baja de la clasificación.
Según el ILE, respecto a la media de la UE, la libertad económica debería crecer un mínimo de un 6 %, mientras que debería mejorar, al menos, un 9 % para lograr los niveles del promedio de la OCDE.
De igual forma, España tendría que mejorar un 26 % en materia de libertad económica para alcanzar al país con las mejores prácticas dentro de la OCDE (Nueva Zelanda).
Cuatro grandes categorías
Para valorar los atributos asociados a la libertad económica hay que tener en cuenta el imperio de la ley, el tamaño del Estado, la eficiencia de la regulación y la apertura de los mercados.
Gregorio Izquierdo, Director General del Instituto de Estudios Económicos, apuesta por la libertad de empresa para buscar un crecimiento económico.
Y efectivamente, las peores notas recabadas por España son las correspondientes a las áreas de gasto público (48,3 puntos) o efectividad judicial (51,8 puntos), que sí dependen directamente de nuestras decisiones domésticas en materia de política económica. De hecho, ambos puntos guardan una estrecha relación con la cuestión de la eficiencia de las Administraciones Públicas.
Concretamente, España recibe un total de 66,9 puntos sobre 100, ocupando el puesto 58 del ranking global, justo por detrás de Albania.
Se trata de una calificación decepcionante, especialmente si tenemos en cuenta que nuestro país sigue luchando contra graves desequilibrios macroeconómicos como, por ejemplo, una tasa de paro que prácticamente duplica el promedio europeo.
Siguiendo esta línea, Gregorio Izquierdo utiliza el ejemplo del teletrabajo para indicar la importancia de contar con una alta eficiencia en la regulación de nuevas medidas implantadas.
De este modo, Izquierdo apuesta por una implantación del teletrabajo como solución para paliar, en cierta medida, el descenso de libertad financiera ocasionada por la Covid-19