"Lo que necesitamos siempre es rentable", asegura Lola Solana, gestora de fondos de renta variable de Santander Asset Management. Entre esas necesidades que suponen una oportunidad de inversión, apunta a la energía, el agua, la gestión de residuos y el envejecimiento poblacional.
La gestión activa tiene ahora una buena oportunidad, según Solana. Y es que, como muchos inversores no sabían qué dirección tomar, no han querido pensar y han apostado por la gestión pasiva, que ha pasado de cuatro billones de dólares a ocho en EEUU.
La gestión pasiva beneficia a las grandes compañías y beneficia a las pequeñas. "Este año está claro que la partida la ha ganado la gestión pasiva, pero los inversores a largo plazo queremos ganar el partido y a tres años lo ganará la gestión activa", asegura la gestora de Santander Asset Management.
Y esta primera baza que ha ganado la gestión pasiva, tal y como explica Solana, permite a los gestores encontrar países o activos como small caps que se han quedado atrás: "Aprovecharemos esta ineficiencia para entrar y ganar el partido".
Para ganarle la batalla a la gestión pasiva, la inversión a largo plazo es fundamental. "Yo ya no miro de aquí a fin de año, estoy pensando en mi estrategia de aquí a tres años", confiesa Lola Solana.
Compañías con criterios ESG
Las compañías ESG responden a Environmental, Social y Governance, aunque son también llamadas socialmente responsables, que responden a criterios que toman como referencia factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo. Ésas son las empresas a las que mira Lola Solana, centrada en small caps y criterios sostenibles.
"Miro a compañías que cuando compran otra empresa hacen M&A y crean sinergias, que tratan de no despedir a gente porque no quiero que se carguen a la clase media", explica la gestora. Dentro de este tipo de compañías incluye aquellas que emiten menos CO2 y contribuyen a la sociedad: "Los gestores tenemos el deber de premiarlo y la obligación de invertir en estas compañías".