Juan Ignacio Crespo, asesor del Fondo Multiciclos Global Renta 4 ha analizado el escenario macro y la evolución de las bolsas. En la Gran Tertulia de la Economía han participado Carmen Morales, profesora del IE Business School; Fernando Zunzunegui, abogado y Ana Plaza, Managing Director de Immune Coding Institute.
La economía alemana sigue arrojando signos de preocupación. Mejora la balanza comercial del mes de febrero, pero empeoran las exportaciones e importaciones. El superávit comercial ha aumentado hasta alcanzar 18.700 millones de euros en el segundo mes del año, superando las expectativas del conjunto de mercado y desde los 18.500 millones de enero.
Sin embargo, las ventas al exterior de la abierta economía europea cayeron un 1,3%, situándose por debajo del crecimiento del 0,1% de enero. Es la primera caída del indicador desde noviembre y el mayor recorte desde febrero de 2018. En el lado de las importaciones, el descenso es del 1,6%, empeorando notablemente el incremento del 1,4% del mes precedente. En ambos casos las cifras son mucho peores de lo esperado.
La recesión de la industria alemana, con un importante peso en la economía nacional, estuvo a punto de provocar la entrada en recesión técnica del país a finales de 2018. “Es curioso porque en Alemania, igual que ocurre en Estados Unidos, hay desaceleración pero otras cifras como las del mercado laboral siguen fuertes”, explica Juan Ignacio Crespo, asesor del Fondo Multiciclos Global Renta 4. En marzo la tasa de paro del país descendió a un mínimo récord del 4,9%.
“No me parece especialmente grave lo de Alemania, en enero la producción industrial se entonó bastante. Los datos coinciden con la caída del comercio mundial pero no veo un gran drama por delante”, asegura Crespo.
Lo mismo sucede en otras grandes economías del mundo. A las cifras negativas de la recta final de 2018 les han sucedido tímidos avances. Estados Unidos se ralentiza, pero sigue ofreciendo mejores magnitudes que el resto, como muestra la creación de 196.000 nóminas no agrícolas y un paro del 3,8%. La industria china, otra de las que preocupa, creció por primera vez en cuatro meses en marzo. En el caso de Europa, los últimos PMI volvieron a ser negativos pero se espera un repunte para la segunda mitad del año.
“La desaceleración es global, pero sin que la sangre haya llegado al río y no tiene pinta de que vaya a llegar”, augura el experto. Lo que podría lastrar esta mejoría de la economía es el petróleo, con un precio del barril que superó los 70 dólares tras lograr la mayor racha alcista semanal desde noviembre de 2017: “Si se produce un ascenso en el precio podría dar al traste con la subida de las bolsas e incluso provocar esa recesión de la economía mundial”.