España debe seguir avanzando en la consolidación fiscal, reducir su endeudamiento y mejorar el mercado laboral para solucionar los problemas estructurales que sufre para mantener un ritmo sólido de crecimiento a medio plazo. Eso ha dicho esta noche el FMI en su evaluación anual de la economía hispana.

El Organismo reconoce que la recuperación se ha acelerado en España gracias a una mejora de la confianza, del consumo y de la inversión y a "significativos vientos de cola externos", pero advierte del riesgo de dar marcha atrás en las políticas aplicadas, imprescindibles para generar confianza.

El FMI prevé que España incumpla su objetivo de déficit por dos décimas en 2015 y 2016 (-4,4% y -3%, respectivamente), y espera que el crecimiento del PIB alcance su pico este año con una expansión de un 3,1 por ciento, que se irá reduciendo posteriormente al 2,5 en 2016 al 1,8 en 2020.

Para evitar el freno al crecimiento, el Fondo propone recetas centradas en solucionar la dualidad del mercado laboral, impulsar el desarrollo de las pymes, reducir el endeudamiento público y privado y emprender una consolidación fiscal gradual.

Pese a que constató un repunte en la creación de empleo, el FMI destacó que más de 5 millones de personas continúan en paro y que los nuevos contratos laborales son en gran medida de carácter temporal y a tiempo parcial, con una tasa de desempleo estructural que ronda el 16,5 por ciento.

Sus recomendaciones en este capítulo son introducir un contrato único con coste de despidos creciente, alinear salarios con la productividad y las condiciones económicas de las empresas y mejorar la formación de los parados de larga duración.

El FMI señaló como otro profundo problema estructural la falta de economías de escala de las numerosas empresas pequeñas del país, lo que también podría limitar el crecimiento de España de cara al futuro.

El organismo internacional consideró otra prioridad fundamental continuar un proceso de reducción gradual del déficit que apoye el crecimiento, e hizo hincapié en mejorar el marco fiscal de las regiones y la coordinación estrecha entre todos los niveles de gobierno.

Entre sus sugerencias en este campo, dijo que habría que considerar objetivos de déficit asimétricos para las Comunidades Autónomas, reformar la financiación regional y condicionar el acceso a los mecanismos de liquidez al cumplimiento de las metas fiscales.

También insistió en sus recomendaciones de elevar los impuestos especiales y eliminar gradualmente el IVA reducido, así como incluir el copago en educación y sanidad aunque no para los grupos más vulnerables.