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Tras varias horas de negociación en Bruselas, Rusia y Ucrania han cerrado un acuerdo que vuelve a garantizar el suministro de gas hasta finales de mes, del que no formará parte el combustible que Moscú proporcione a las regiones rebeldes del este ucraniano de Donetsk y Lugansk.
Moscú y Kiev ya habían cerrado un pacto en octubre que daba cobertura al aprovisionamiento de gas durante el invierno, hasta finales de marzo, pero este entendimiento se vio amenazado en los últimos días por las nuevas tensiones surgidas entre ambos países por el suministro a los enclaves prorrusos y el pago por adelantado de las importaciones.
El Ejecutivo comunitario, que actúa como mediador en la disputa, invitó a ambos países a reunirse en Bruselas para buscar una solución y les instó a respetar los términos del acuerdo pactado en octubre. Ambas partes aceptaron hoy seguir adelante con lo pactado, aunque con condiciones, y acordaron que volverán a discutir a finales de mes con vistas a fijar un nuevo pacto de suministro de gas para el verano.
Los nuevos problemas entre Rusia y Ucrania por el gas surgieron el pasado 19 de febrero, cuando Moscú empezó a suministrar combustible a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, ante las alegaciones de que Kiev había detenido el tránsito hacia estos dos enclaves prorrusos del este de Ucrania.
Gazprom amenazó en paralelo la semana pasada con un corte inminente de gas a Ucrania a menos que abonase por adelantado la factura del mes de marzo. La ucraniana Naftogaz dijo el pasado viernes que había transferido al monopolio ruso 15 millones de dólares para cubrir el gas que necesita este mes, pero Moscú dijo en un principio que esa cantidad solo compraba un día de combustible.
Foto: JanChr