El Banco Central Europeo está dispuesto a retrasar aún más su calendario de subida de los tipos de interés si fuera necesario y puede estudiar medidas para mitigar cualquier efecto secundario de unos tipos de interés negativos, dijo el miércoles el presidente del BCE, Mario Draghi.
A principios de este mes, en vista de la súbita desaceleración de la eurozona, el BCE suspendió los planes para "normalizar" su política monetaria, proporcionando a los bancos aún más liquidez y retrasando hasta el próximo año la subida de los tipos, que se encuentran en mínimos históricos desde hace varios años.
"Tal como hicimos en nuestra reunión de marzo, nos aseguraríamos de que la política monetaria continúe acompañando a la economía, ajustando nuestras orientación de tipos de interés para reflejar las nuevas perspectivas de inflación", dijo Draghi en una conferencia en Fráncfort.
Draghi agregó que las condiciones para su nuevo mecanismo de préstamos bancarios, denominadas operaciones de refinanciación dirigidas a largo plazo o TLTRO, también se calibrarán para reflejar la evolución de las condiciones económicas.
Aunque Draghi dijo que el bache económico no presagia necesariamente una depresión grave, sí señaló que la zona del euro estaba experimentando un deterioro más persistente de la demanda externa, lo que estaría lastrando la inversión.
En respuesta a las quejas de los bancos sobre unos tipos negativos que están afectando al negocio de préstamos, Draghi respondió que el BCE analizaría, si fuera necesario, medidas para mitigar este efecto, aunque dijo que la debilidad de los beneficios bancarios no es un resultado automático de los tipos bajos.
"Si es necesario, debemos reflexionar sobre las posibles medidas que pueden preservar las implicaciones favorables de los tipos negativos para la economía, al tiempo que se mitigan los efectos secundarios, si es que los hay", dijo Draghi. "Dicho esto, la baja rentabilidad bancaria no es una consecuencia inevitable de los tipos negativos".