Donald Trump suaviza el mensaje, ya no culpa tanto de todos los males a los inmigrantes ilegales, no dice que va a sacar del país a los 11 millones de personas indocumentadas ni menciona tanto como antes la construcción de un muro en la frontera con México. El candidato republicano a la Casa Blanca sabe que en un país con fuerte presencia hispana necesita el voto latino para poder ser presidente y quizá por eso aceptó rápidamente la propuesta del presidente mexicano,
Enrique Peña Nieto, como explica en Información Capital el Catedrático de Estudios Norteamericanos del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá,
José Antonio Gurpegui.
La visita del magnate al mandatario latino se produce sólo unas horas antes de dar un discurso sobre inmigración en Arizona. Y es que los movimientos de población, tema recurrente en Estados Unidos, se han convertido en protagonistas indiscutibles de la carrera por la Casa Blanca, pero ¿es realmente la inmigración un problema en EEUU?.
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