La locomotora de Europa está a punto de descarrilar. Si es que no lo ha hecho ya. El canciller Olaf Scholz ha anunciado la ruptura de la coalición de Gobierno en Alemania después de la expulsión del ministro de Finanzas, Christian Lidner, que desde hace días exigía un giro radical con recortes masivos de gasto e importantes rebajas de impuestos.
Unas noticias que no llegan en el mejor momento. La economía germana lleva dos años en declive y el mercado laboral ha empezado a resentirse. El barómetro de empleo del Instituto IFO del mes de octubre muestra una caída hasta el nivel más bajo desde julio de 2020.
Olaf Scholz, canciller de Alemania, ha anunciado el cese de su ministro de Finanzas, Christian Lidner, y la consecuente ruptura del Gobierno
La reunión que dinamitó un Gobierno
Los miembros de la coalición se reunían este martes en la Cancillería. Un encuentro donde Lidner proponía elecciones anticipadas después, eso sí, de aprobar un presupuesto para el próximo año. Así, darían por terminada una legislatura que debía concluir el próximo otoño. Entre las exigencias de Lidner destacaban también la suspensión del freno a la deuda, el límite constitucional al endeudamiento que complica a Alemania las inversiones que la otra parte del Gobierno tiene como prioritarias.
Una reunión que tenía como propósito buscar soluciones conjuntas a la crisis económica y al agujero de más de 13.000 millones de euros en el presupuesto ha terminado con el Gobierno de Alemania saltando por los aires.
Ahora la oposición alemana y los grupos empresariales presionan para que Olaf Scholz convoque nuevas elecciones mientras Europa ve cómo su cabeza visible se tambalea al tiempo que Trump, que ha prometido una política proteccionista para Estados Unidos que perjudicaría a la Unión, regresa al Despacho Oval con el apoyo de las dos cámaras estadounidenses.
Ahora, el partido Demócratas Libres (FDP) se ha retirado del Gobiernos para dejar al partido socialdemócrata (SPD) de Scholz junto a los Verdes.