¿Quién dijo que los bancos no sabían hacer magia? Existe una nueva moda entre las entidades financieras: los depósitos combinados. Unos depósitos que prometen rentabilidades más elevadas que la media y sin letra pequeña. Pero cuidado: porque toda magia tiene truco.

Empecemos por definir qué es un depósito combinado. Consiste en invertir la mitad de nuestro dinero a plazo fijo y la otra mitad a un fondo que el propio banco da a elegir entre una serie de fondos de su catálogo. Es decir, obliga al cliente a invertir en un fondo para obtener esa rentabilidad.

En España, los depósitos normales ofrecen de media un 0'4% TAE. Pero encontramos entidades que, a parte de estos depósitos, ofrecen depósitos combinados que garantizan al cliente una rentabilidad más elevada, pongamos un 1'45% TAE. ¿De dónde sale esa rentabilidad extra?

Según nos explica Inverdif EAFI, todos los fondos de inversión tienen una comisión de gestión. Una comisión para que las gestoras que crean los fondos puedan pagar a su equipo de analistas, sus edificios...es una comisión comprensible y legal. ¿Qué ocurre?

Que en este caso, los bancos ofrecen un catálogo de fondos de inversión que en la mayoría de los casos gestionan ellos mismos. Los bancos suelen mantener un acuerdo con un intermediario, el asesor financiero, que es la figura encargada de ofrecer ese producto al cliente. El asesor financiero se lleva una parte de la comisión de la gestora por colocar el fondo. Lo que hace el banco es eliminar a ese intermediario y así se queda con el total de esa comisión. ¿Y qué hace con esa comisión? Nos los explica Álvaro Olmeda, Asesor Financiero de Inverdif EAFI:



Ése es el gran truco: del total de la comisión que se lleva el banco por colocar su propio fondo, da una parte al cliente. Pero claro, el peligro está en que ofrece esa rentabilidad como una rentabilidad a plazo fijo, cuando en realidad el cliente podría incluso perder dinero. Escuchamos de nuevo a Álvaro Olmeda, de Inverdif EAFI:



Así, el truco de magia radica en la falta de transparencia del sector bancario, que no comunica a su cliente a dónde va a parar la comisión del fondo. Ésa es la trampa. ¿Cómo venden las entidades este producto? Aprovechan el desconocimiento de sus clientes, unos clientes que no saben dónde se genera esa rentabilidad de más que su banco les promete. Una rentabilidad que, en letra pequeña, puede resultar negativa. Con trampa y con cartón, ésa es la magia de los bancos y sus depósitos combinados.

 

IMAGEN: Flickr/Andrés Nieto Porras