A pesar de que las alertas estaba ahí desde hace días, parece que nadie se lo quería creer. Pero la borrasca Filomena llegó y cubrió Madrid de un manto blanco, la mayor nevada de las últimas décadas, una imagen histórica, que después dio lugar al caos de una ciudad completamente colapsada. Ahora toca intentar volver a la normalidad y desde el Gobierno de la capital aseguran que "ninguna ciudad habría sido capaz de lo que ha hecho Madrid en tan poco tiempo".
Pero la pregunta ahora parece clara, ¿se ha tenido la suficiente previsión? Lo hablamos en "El Balance", con Borja Carabante, delegado de movilidad del Ayuntamiento de Madrid.
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Y según explica, uno de los problemas principales con el que se han encontrado es que la previsión hablaba de unos 20 centímetros de nieve, pero en algunas partes de la región se han acumulado hasta 70 centímetros. "Para eso no hay posibilidad de prepararse. Se habría producido peor escenario en cualquier otra ciudad del mundo", apunta.
El transporte público madrileño se ha tenido que suspender, los autobuses siguen sin poder circular, a causa de la nieve y el hielo. Pero según explica Carabante, este martes comenzarán a operar ya 27 líneas. De ellas, 17 servirán para dar conexiones con centros hospitalarios y las 10 para facilitar los trasbordos entre paradas de metro.
Para Carabante, “ninguna ciudad del mundo habría sido capaz de lo que ha hecho Madrid en tan poco tiempo”. Y según explica, la prueba de ello es que en pocas horas se ha conseguido ya recuperar cierta actividad y que se ha facilitado que los servicios de emergencias pudieran llegar a todos los barrios.
Madrid, zona catastrófica
Sobre la declaración de zona catastrófica para la región, el delegado de movilidad explica que es una medida necesaria, y pone como ejemplo del daño que ha registrado la Comunidad la cantidad de árboles que ha sufrido algún percance: "150.000 árboles que están afectados de alguna manera. Es desolador, es un daño evidente. Lo que conllevaría eso es una ayuda para Madrid".
Otra polémica que ha surgido en las últimas horas tiene que ver con la ayuda por parte de los vecinos. Algunas voces han criticado que se pidiera ayuda a los ciudadanos de a pie. Carabante asegura que eso no ha sido así, no se ha pedido, dice, a los vecinos que colaboren, sino que ha sido la gente a la ha preguntado cómo podían ayudar. Y para ello, han habilitado puntos para entregar sal que se pudiera repartir por las calles, para ir limpiando de hielo algunas zonas.
¿Ha habido suficiente colaboración entre administraciones? "Hemos sentido mucho el apoyo de la Comunidad de Madrid". En cuanto al papel del Gobierno central, Carabante no quiere ahondar en críticas. "Nos hubiera gustado que la UME hubiera llegado un poco antes, pero no quiero sacar ninguna crítica ahora mismo, porque todos hemos intentando hacer lo mejor posible. A nivel técnico hemos funcionado muy bien", apunta.