Esta semana el Ministerio de Trabajo, de la mano de los sindicatos UGT y Comisiones Obreras, ha anunciado un aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 16.576 euros anuales, 1.184 euros brutos al mes en 14 pagas. Un incremento del 4,4% con respecto al nivel previo, lo que supone una subida del 61% durante el mandato de Pedro Sánchez. En Mercado Abierto, hemos salido a la calle para preguntarles a ustedes. ¿Deben estar exentos de tributación quienes perciben el SMI?

Escucha el A pie de calle de Mercado Abierto con Pedro Díaz y Jorge de Miguel:

¿Deben estar exentos de tributación quienes perciben el SMI?

El Consejo de Ministros aprueba la subida del SMI a 1.184 euros brutos, pero Hacienda obliga a tributar a los beneficiarios por primera vez el IRPF.

La cuestión que ha originado polémica alrededor de este tema es que, a diferencia de ocasiones previas, esta vez la subida del SMI no irá acompañada de un alza del mínimo exento de tributar el IRPF. Es decir, el impacto de la medida queda opacado por Hacienda, que absorberá el 43% de la misma. Aunque, según la asociación de técnicos de Hacienda, Gestha, solo un 20% de los 2,5 millones de personas que perciben el sueldo mínimo acabará tributando.

Polémica servida en la clase política

A juicio de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, defiende la tributación del salario mínimo interprofesional tras su subida, asegurando que sólo afectará al 20% de los mismos, de tal forma que "el 80% no tendrá que hacer aportaciones a las arcas públicas" y, por tanto, "debe acompasarse esa fiscalidad", señala.

Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, lamenta que el Ministerio de Hacienda haya decidido no adaptar el IRPF a la subida del SMI para mantenerlo exento de tributación.

En cualquier caso, en la clase política la polémica está servida. El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ahora a favor de subir el límite exento a la par del SMI, ha tachado el rifirrafe entre ministros socialistas y de Sumar como un paripé. Para las empresas, Antonio Garamendi, presidente de la patronal CEOE, tacha la gestión de "horrible".