Costó sangre sudor y lágrimas, pero la ACB y, especialmente, sus jugadores (ABP) tienen un nuevo convenio. Tortuosa negociación que se distanció el pasado mes de enero con sendos comunicados que evidenciaban la gran distancia de ambos bloques, pero que llega a buen puerto y mejora el salario mínimo que cobran los jugadores.

"La ACB condiciona el Fondo Social de la ABP (con el que se realizan las actividades propias de la defensa de los derechos de los jugadores) a la liberalización del mercado de jugadores extracomunitarios y a la práctica eliminación de la LEB ORO como categoría profesional, lo que se traduciría en un cierre técnico de la competición", señala en un comunicado la Asociación de Baloncestistas Profesionales.

Un texto que tuvo respuesta en poco menos de 24 horas. "Nos causa enorme sorpresa por conocer mediante el comunicado de la ABP que, en opinión del sindicato, las negociaciones están rotas", señalaba la ACB.

El principal escollo estaba en el salario mínimo que han de cobrar los jugadores.

Unos mínimos que hacen ingresar a jóvenes de 19 años 20.501 euros por temporada, cifra que alcanza los 34.169 euros para los chavales de 20-21 años y se multiplica por dos para los más veteranos.


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Finalmente, el sindicato de los jugadores de baloncesto anotaron la canasta en el último segundo y las cifras de los salarios mínimos de cada franja aumentaron levemente.

En esta tabla se pueden ver las cantidades mínimas fijadas en el III Convenio Colectivo, que finalizó en junio de 2018.

BOEBOE

Los famosos cupos


La actual normativa de la ACB señala que solo puede haber un máximo de 8 jugadores no formados en España y solo dos de ellos pueden ser extracomunitarios, una medida que quiere ser rebajada por los clubes de la Liga Endesa y que los jugadores representados por Alfonso Reyes rechazan.

"La ACB ha vuelto a condicionar la existencia del Fondo Social, a la ampliación del cupo de jugadores extracomunitarios", explican en un comunicado.

Una especial protección por parte de Reyes y también por la ABP que basan su razonamiento en que tan solo 3 de cada 10 jugadores que iniciaron la temporada pasada la Liga Endesa habían nacido en España.

El total de jugadores que se vistieron de corto a principios de la competición eran 240, solo 72 tenían un DNI con una ciudad española como lugar de nacimiento.