Según los datos publicados por el Banco de España, los créditos concedidos en el mes de julio por las entidades financieras a las familias han caído un 1,8% en comparación con el mismo mes del año anterior, hasta los 688.000 millones de euros. Por su parte, la financiación a empresas cayó un 2,8%, hasta casi los 928.000 millones.
Los créditos a las familias han quedado a este nivel de datos tan bajo tras haber descendido hasta un 1,6% respecto al saldo de junio. No obstante, los créditos proporcionados a las empresas han aumentado ligeramente: un 0,28% respecto al mes pasado.
Los créditos desgranados
Si se desgrana el apartado de familias, la cantidad de créditos destinados al consumo alcanzó los 97.350 millones de euros. Esto son casi 4 puntos porcentuales más que en 2022 y un 0,4% más si se compara con el mes de junio. Además, los destinados a vivienda, donde están incluidas las hipotecas, se encuentra en los 501.585 millones de euros. Una cifra que es un 3,1% inferior en tasa interanual y un 0,34% menor que la del mes anterior.
En cuanto a las empresas, los créditos a las entidades financieras llegaron a los 470.148 millones de euros. Esto supone un retroceso del 3,2% en la tasa interanual y un aumento del 0,19% si se compara con el mes de junio.
No obstante, los créditos de valores representativos de deuda, donde están incluidos pagarés, bonos, obligaciones y otros valores negociables no representativos, han experimentado un descenso del 7,1% si se compara con 2022 aunque respecto a junio ha subido un 0,32%.
Son cifras consecuencia de las fuertes subidas de los tipos de interés que está tomando el Banco Central Europeo para intentar controlar la inflación. El BCE lleva más de un año buscando estos datos y, ahora, finalmente, parece que los está empezando a conseguir a pesar de que los precios aún no han empezado a descender tanto como les gustaría a las autoridades de la entidad.