Crédito y Caución prevé que las insolvencias empresariales en China aumenten por encima del 20% en 2020. Los principales afectados serán pequeñas y medianas empresas privadas que -incluso si operan en sectores de buen rendimiento- tienen un acceso limitado a la financiación. Las insolvencias empresariales ya crecieron en los dos últimos años en un contexto de reequilibrio de la orientación de la economía de la exportación al consumo interno.
La expansión de la economía formal ha provocado la caída de muchos fabricantes de bajo costo. La vulnerabilidad se concentra en las empresas altamente endeudadas de los sectores y los segmentos con exceso de capacidad, como el carbón y la minería, el papel, los circuitos impresos, el textil, la construcción naval, la energía solar, el acero y los metales.
También son especialmente vulnerables las empresas que dependen de las exportaciones a a Estados Unidos, especialmente en sectores como metalurgia, maquinaria electrónica, textil y neumáticos.
La economía china se vio afectada gravemente por la pandemia de Covid-19 en el primer trimestre de 2020. El impacto fue inmediato en los sectores de venta minorista y mayorista, viajes, ocio, restauración, bienes inmuebles, transporte y navegación.
El flujo de caja de muchas empresas chinas se vio presionado por el fuerte deterioro de las ventas y la interrupción de operaciones, que causó importantes trastornos en las cadenas de suministro. A partir del segundo trimestre, China recuperó el crecimiento que alcanzará previsiblemente en el conjunto del año un 2,5%.
La intensidad del rebote económico se ve limitada por la persistente debilidad de la demanda interna. Los consumidores siguen siendo cautelosos con sus gastos en medio de la incertidumbre sobre las perspectivas de ingresos y empleo. Al mismo tiempo, la evolución de los mercados extranjeros está afectando a las exportaciones chinas, que disminuirán, previsiblemente, un 2% en 2020.
De cara a 2021, las previsiones apuntan a una fuerte recuperación del crecimiento, cercana al 8%. Los principales riesgos a la baja para esta previsión son, por un lado, el desarrollo del brote de coronavirus, tanto en China como en el resto del mundo, y la evolución de la disputa comercial con Estados Unidos.
China está adoptando medidas fiscales y monetarias, pero el elevado nivel de deuda constituye un problema para la continuidad de los estímulos. La Administración se enfrenta a un difícil equilibrio entre el apoyo al crecimiento económico y la garantía de un proceso ordenado de desapalancamiento financiero a medio plazo, con una deuda total cercana a triplicar el tamaño de la economía china.
La deuda de las empresas no financieras se sitúa en el 155% del PIB. En el caso del gobierno central se mantiene a un nivel manejable, inferior al 25% del PIB, pero en los gobiernos locales, incluyendo los préstamos fuera del balance, asciende a un 60% a 70% del PIB.