Crédito y Caución prevé una ralentización de la evolución del PIB de la República Checa en 2019 y 2020, debido a la caída de la demanda tanto en el país como en la zona euro, así como a la dependencia de las exportaciones. Tras sólidas tasas de crecimiento en 2017 y 2018 empujadas por la mejora de la competitividad internacional, se prevé que la producción industrial y el crecimiento de las exportaciones se sitúen por debajo del 3% en los dos próximos años.
La escasez de mano de obra es un problema emergente. Muchas empresas tienen dificultades para cubrir vacantes y el aumento de los costes laborales está impactando los márgenes empresariales. El aumento de la inflación, debido al aumento de los salarios y de los precios de la vivienda, ha llevado al Banco Central a endurecer la política monetaria, lo que ha moderado el crecimiento de las inversiones y el consumo privado.
Pavel Gómez del Castillo, Responsable Comunicación de Crédito y Caución explica su informe sobre la economía de la República Checa
La economía checa
En cambio, la deuda pública apenas representa el 30% del PIB y Crédito y Caución prevé que la solidez de las finanzas públicas permita que siga disminuyendo. La República Checa no debería tener problemas para cumplir los criterios de adopción del euro. Sin embargo, la entrada en la eurozona sigue siendo un tema controvertido, por lo que parece improbable que se produzca una entrada en la zona euro en los próximos años.
Las exportaciones representan más del 75% del PIB de la República Checa, uno de los porcentajes más elevados de la Unión Europea. La integración de la economía checa en las cadenas de valor internacionales hace que el país sea vulnerable a la evolución del comercio exterior.
Los principales riesgos se concentran en una rápida apreciación de los tipos de cambio que perjudique su competitividad internacional, un fuerte descenso de la demanda externa provocado por la incertidumbre del Brexit, una escalada de los conflictos comerciales o una ralentización significativa en la zona del euro.
También, las exportaciones checas son especialmente vulnerables a la evolución adversa del sector de automoción y los retos actuales del sector, como la movilidad electrónica, la adversa evolución de las ventas, la caída de beneficios o los posibles aranceles estadounidenses sobre las importaciones de automóviles y piezas de recambio procedentes de la Unión Europea.