El último trimestre del año terminó premiando a los mercados desarrollados frente a los mercados emergentes. El final de año, con un mayor aumento del crecimiento de esos países desarrollados, se vio reflejado también en bolsa.

Desde Pioneer destacan que este año el comportamiento tanto de los desarrollados como de los mercados emergentes será similar (con, quizás, una ligera ventaja para los primeros). Estados Unidos, la Eurozona o Japón están logrando mejoras en el crecimiento de su PIB, algo que está costando más en el caso de Reino Unido, donde las incógnitas abiertas tras el referéndum para su salida de la Unión Europea todavía pesan sobre la economía británica. El crecimiento en China y una mayor estabilidad en el mercado de commodities, permitirán en todo caso una mejora de los mercados emergentes.

Las perspectivas económicas de crecimiento para 2017 son buenas, pero no existe un verdadero motor estructural de ese crecimiento como para asegurar que será sostenible a largo plazo. Hará falta por tanto que continúen las ayudas políticas y fiscales para preservar ese crecimiento, que está cada vez más secundado por un aumento en el consumo de los hogares.

Perspectivas de crecimiento de PIB 2016-2018
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Movimientos en la inflación


Respecto a la inflación, Pioneer espera que un aumento de los costes eleve esa tasa de inflación, a lo que se sumará también un mayor consumo si se cumplen las previsiones de creación de empleo (cercanas al pleno empleo) en Estados Unidos. Europa o Japón tendrán subidas moderadas en esa inflación, lejos de los niveles esperados por el Banco Central Europeo, y para los países emergentes, la inflación si se aproximará a las previsiones de sus bancos centrales. China podría incluso batir las previsiones de inflación para este año debido a un fuerte aumento en sus precios de producción.

Desde los distintos bancos centrales enfocan rumbos distintos. La reserva federal continuará normalizando su política monetaria (acelerada si cabe por la presión del presidente entrante en Estados Unidos, Donald Trump), el Banco Central Europeo mantendrá (igual que le Banco de Japón) los estímulos monetarios, y es en China y en las economías emergentes donde podrían darse mayores movimientos, porque el PIB de esos países no está creciendo con tanta fuerza y si lo hace su inflación.

Cambio en el paradigma: de la política monetaria a la política fiscal


2017 será para Pioneer el momento en el que los distintos gobiernos acometerán algunos de los cambios necesarios en política fiscal para afianzar el crecimiento económico. Un cambio necesario que permitirá a los bancos centrales relajar el ritmo de incentivos y perder peso en la recuperación económica, llevada hasta ahora de la mano de las políticas acomodaticias. Los países tratarán ahora de compensar esa política monetario modificando las políticas fiscales, con cambios de distinta índole en los tipos impositivos.


En Estados Unidos la llegada de la nueva administración ha prometido diversas bajadas de impuestos, que permitirán ligar cualquier nuevo crecimiento en el PIB a un aumento en la productividad.

En Europa, sin embargo, las dificultades para llegar a acuerdos complican los cambios fiscales de gran calado, priorizando eso sí aquellos que pueda realizar cada país (Alemania ya ha prometido una rebaja en el impuesto de sociedades, por ejemplo).

Japón continúa aplicando el paquete fiscal que puso en marcha el pasado mes de agosto, cuando se aprobó un segundo presupuesto suplementario que también tendrá un impacto el PIB nipón en este 2017.

Para las economías emergentes, las agencias de calificación limitan los cambios a la sostenibilidad fiscal de cada país. Las condiciones son muy dispares en cada país, y China seguirá tratando de flexibilizar su entorno fiscal, aunque lo hará con cautela en caso de producirse una desaceleración de su economía mayor de lo previsto.

Pese a todos estos cambios y al crecimiento global esperado para 2017, desde Pioneer consideran que existen varios riesgos estructurales a los que tendrá que enfrentarse la economía, vinculados principalmente al ritmo de normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal y a los movimientos geopolíticos que ocasione la nueva administración estadounidense. Los desacuerdos y el brexit en la Eurozona y la posibilidad de que China se desacelere en exceso son otros de los factores que preocupan a la gestora.