Corría el año 1994 cuando un joven ingeniero de Albuquerque, Nuevo México, fundaba Cadabra, una pequeña empresa online de comercio de libros, discos y programas informáticos. Aconsejado por sus amigos, Jeff Bezos tomó la decisión de cambiar el nombre a uno más atractivo. Cuenta la historia que abrió un atlas y quedó tan asombrado por la selva del Amazonas y el enorme río que la recorre que bautizó así a su pequeño proyecto. Hoy, domina con puño de hierro el comercio de todo tipo de productos.

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El rey del comercio electrónico celebra su trigésimo aniversario, lejos queda la pequeña librería que Jeff Bezos abrió en Seattle

Del garaje de Seattle a capitalizar dos billones

Su cuartel general era un garaje de Seattle y su capital inicial apenas sobrepasaba los 10.000 dólares. Su desarrollo a través de la red fue meteórico. Al poco de lanzar la empresa, Bezos ya vendía en todos los estados del país y en 45 países más y en 1996 ya acumulaba 2.000 visitantes diarios.

En 1997 saldría a la Bolsa de Nueva York a 18 dólares por acción, hoy valen cerca de 200 dólares. Toda la empresa tenía un precio de origen de 300 millones. Ahora su capitalización se va por encima de los 2 billones y es dueña del comercio de todo el mundo, tras revolucionar todo el proceso de venta de cualquier producto que podamos imaginar.

Con la llegada del nuevo milenio, llegó la verdadera revolución y Amazon se lanzó al abordaje de otros sectores. En el 2000 dio el salto a la ropa, por ejemplo. Cinco años después apareció Amazon Prime en Estados Unidos y desde 2007 vive Kindle, su lector de libros electrónicos. Un año después adquirió la plataforma de podcast y audiolibros Audible.

Bezos ha llegado a hacer sus pinitos en el Cuarto Poder, y es que es el propietario del Washington Post. Por no hablar de los altavoces inteligentes o la compra de la productora Metro Goldwyn-Mayer.