China abrirá sus mercados de manufacturas y financiero a la inversión extranjera este año. También facilitará la inversión foránea en las telecomunicaciones, servicios médicos, educación, cuidado de mayores y vehículos eléctricos e híbridos.
Es uno de los anuncios del primer ministro, Li Keqiang, en la apertura del plenario de la Asamblea Nacional Popular de China, el órgano legislativo que inicia hoy en Pekín una reunión de quince días.
También ha anunciado que rebajará o eliminará los límites que impiden la propiedad compartida entre compañías chinas y extranjeras de empresas del sector bancario o bursátil. Li ha adelantado que los inversores extranjeros podrán aplazar el pago de impuestos para reinvertir los beneficios obtenidos en China, que los procedimientos para abrir negocios con capital extranjero en el país se simplificarán y que habrá un único proceso para registrar compañías.
China mantiene su objetivo de crecimiento del PIB en torno al 6,5 % para 2018 y deja la meta oficial de inflación alrededor del 3%. También fija su objetivo de déficit fiscal para este año en el 2,6 % del PIB, frente al 3% del año pasado.
Li ha insistido en que las fuerzas internas que impulsan el crecimiento económico no son suficientes todavía, también que la capacidad de innovación de China tiene que ser más fuerte. Espera que se creen unos 11 millones de nuevos empleos urbanos y que se produzca un sólido aumento tanto de las importaciones como de las exportaciones.
China seguirá recortando la capacidad de producción de acero y carbón durante este año, dentro del proceso de reestructuración de su industria pesada y la transformación de su modelo económico.
El recorte de la capacidad de producción de acero será de 30 millones de toneladas durante este año, mientras que en carbón alcanzará los 150 millones de toneladas.
El Gobierno prevé mantener estable la tasa de cambio del yuan en los mercados internacionales. Advierte Li de que no tolerará ninguna actividad independentista en Taiwán.
China insiste en su apertura
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