Xi propondrá las recetas de China para defender el libre comercio y estimular el crecimiento global. Reconocerá que la economía mundial está en un importante momento de transición y que los motores convencionales difícilmente pueden sostener la recuperación. Asegura que el comercio y la inversión internacionales siguen bajos. Por eso apostará por nuevos tratados como el que ha firmado con Suiza: "Promoveremos el acuerdo de libre comercio chino-suizo de alto nivel, ampliaremos la escala de las inversiones comerciales, la colaboración financiera y de seguros y fortaleceremos la cooperación en los campos de la energía y el medio ambiente".
Varias fuentes consideran que la intención de Xi es mostrarse como contrapunto a un Donald Trump que abandera el proteccionismo y está rompiendo los esquemas de la diplomacia tradicional. En Davos, ambos países podrían limar asperezas en una posible reunión entre la delegación china y el equipo de Trump, representado en la cita suiza por Anthony Scaramucci, miembro ejecutivo del equipo de transición, a la que Pekín declara estar dispuesta.
El Foro Económico Mundial, que arranca este martes en la estación alpina de Davos, reunirá a unos 40 jefes de Estado y de Gobierno entre una cifra récord de 3.000 participantes de los ámbitos de la política, la cultura, la economía y la sociedad civil, a fin de analizar el liderazgo responsable y receptivo en el contexto actual. Hoy también será el turno para la intervención del ministro español de Economía, Luis de Guindos.
El cambio climático, la amenaza del terrorismo y la crisis de refugiados también siguen presentes en las mentes de los líderes y ciudadanos, al igual que las próximas elecciones en Francia, Alemania y Holanda, donde los partidos populistas esperan ganar terreno entre los votantes.
El Foro ha organizado sesiones sobre los refugiados, la redefinición de la agenda de seguridad de Europa, la guerra en Siria y la lucha contra el Estado Islámico en Irak, y sobre las políticas del miedo o la rebelión de los olvidados.