Según un análisis publicado por el centro de estudios europeos Bruegel, la factura por el brexit empezaría en los 25.400 millones y podría superar los 65.000 en función de si se acuerdan reembolsos por la participación del país en los activos comunitarios.

Los autores consideran que la clave será si se considera el brexit como la cancelación de la pertenencia a un club o un divorcio. En el primer caso, Reino Unido no tendría derecho a reclamar ningún activo, pero tendría que pagar sus cuotas pendientes. En el último, tanto los activos como las obligaciones tendrían que ser divididos.

Los autores calculan que los compromisos y obligaciones de la Unión Europea ascenderán a 724.000 millones de euros a finales de 2018, justo antes del fin del proceso de salida de la Unión que, si se cumple el plazo previsto, culminaría en marzo de 2019.

Teniendo en cuenta que la participación del Reino Unido en esta suma es del 12 %, el país tendría que asumir obligaciones por 86.900 millones de euros brutos.

Ahora bien, los activos de la UE y las deudas condicionales ascienden a 192.600 millones de euros, lo que supondría que el Reino Unido podría recuperar 17.700 millones de este monto en un escenario de divorcio.

Además, la UE ha adquirido compromisos -que se suelen pagar en un periodo de cinco años- con el Reino Unido por valor de 28.900 millones de euros, a los que habría que sumar otros 4.600 millones del descuento que tiene tradicionalmente el país en su contribución al presupuesto comunitario.


Así las cosas, Londres tendría que pagar entre 54.200 millones de euros y 109.000 millones, pero podría recibir entre 28.800 y 44.000 millones en reembolsos por parte de los Veintisiete, suponiendo que las partes conciban el "brexit" como un divorcio.

Además de los dos escenarios -abandono del club o divorcio- Bruegel ha tenido en cuenta en su cálculo otros factores, como la participación británica en el presupuesto (que puede considerarse del 12 % o del 15,7 % en función de si se computa el mencionado descuento) o el diferente alcance que pueden tener los compromisos financieros.