El año ha sido difícil, con grandes caídas de las acciones europeas y asiáticas e incluso recientemente de bolsas estadounidenses, después de una década de alzas.
En el último trimestre aumentó el temor por el curso de la economía mundial y estadounidense, a medida que el conflicto comercial se intensificaba y los bancos centrales ajustaban su política monetaria o se preparaban para retirar el estímulo extraordinario que siguió a la crisis financiera.
Las "tensiones del mercado que vimos durante este trimestre no fueron un evento aislado", dijo Claudio Borio, jefe del departamento monetario y económico del BPI.
La "normalización de la política monetaria se convertirá en un reto, especialmente a la luz de las tensiones comerciales y la incertidumbre política", agregó Borio en la revisión trimestral del BPI.
Entre los obstáculos que enfrenta la economía mundial, Borio mencionó la posibilidad de una aceleración de la inflación, la deuda corporativa estadounidense con baja calificación en un mercado saturado y la debilidad del sector bancario europeo.
El BPI cobija a bancos centrales del mundo y sus informes son vistos como un indicio de lo que ocurre a puertas cerradas en sus reuniones trimestrales.
En las últimas semanas, los rendimientos de los bonos del gobierno de Estados Unidos a corto plazo aumentaron brevemente respecto de las tasas a mediano plazo, un fenómeno conocido como "inversión en la curva de rendimiento". Una señal bastante confiable de recesión, lo que asustó más a los inversores.
Sin embargo, el BPI dijo que estudiar el momento del ciclo financiero es más útil para mostrar los riesgos de recesión que la curva de rendimiento.
Borio, Mathias Drehmann y Dora Xia dijeron que su estudio había encontrado que desde comienzos de la década de 1980, las desaceleraciones generalmente siguieron a auges financieros más que a importantes ajustes monetarios.
Sin embargo, no aplicaron sus conclusiones a las condiciones actuales para evaluar el riesgo de que haya una recesión en los próximos años.
Financiación en dólares más difícil
El aumento constante de las tasas de interés en Estados Unidos también puede limitar la disponibilidad de dólares, la moneda de financiamiento global preferida. Pero el BIS dijo que la capacidad del sector financiero para obtener fondos en dólares fuera de Estados Unidos podría mitigar el riesgo.
Su estudio, publicado como parte de la revisión trimestral, mostró que los bancos no estadounidenses estaban juntando cada vez más dólares en sus jurisdicciones locales en lugar de en Estados Unidos. Más del 50 por ciento de los pasivos en dólares están ahora en los países de origen, mucho más que antes de la crisis financiera de 2008-2009.
Como resultado de este cambio, los pasivos en dólares en los balances de los bancos fuera de Estados Unidos alcanzaron los 12,8 billones de dólares a fines de junio de 2018, un 20 por ciento más que a finales de 2009.
El estudio de Iñaki Aldasoro y Torsten Ehlers reveló que el crecimiento del financiamiento transfronterizo en dólares de bancos no estadounidenses, a bancos que toman préstamos en diferentes países, destaca que los bancos centrales de todo el mundo pueden ofrecer liquidez en dólares ante una crisis.