Colonial, la mayor red de oleoductos de Estados Unidos, se ha visto obligada a paralizar, desde el viernes, todas sus operaciones por un ataque de ransomware en el que un grupo de piratas informáticos ha bloqueado el acceso a los ordenadores de la compañía y pide dinero para liberarlos. Ante esta situación, Biden ha declarado un estado de emergencia regional.

Gracias a esta decisión, los camiones que transportan gasolina, diésel, combustible de aviación y otros productos refinados a 17 estados del sur y este de EE.UU., así como el Distrito de Columbia, podrán circular sin restricciones horarias.

De esta forma, queda paralizada la ley federal que obliga a los conductores a tener que realizar descansos de varias horas.

Se trata de una medida que buscar prevenir el posible desabastecimiento al que podría llevar la paralización de una empresa que transporta al día hasta 2,5 millones de barriles de gasolina, diésel y combustible de aviación desde las refinerías del Golfo de México al sur y este de EE.UU.

De hecho, la red de oleoductos la que es responsable Colonial, se ocupa del 45% del transporte de combustibles de la Costa Este del país.

No se conoce la cifra que exigen los ciberdelincuentes

La empresa no ha ofrecido detalles sobre cuánto tiempo estarán cerrados los oleoductos ni tampoco ha revelado cuánto dinero están pidiendo los piratas informáticos para liberar sus ordenadores.

No obstante, según la empresa de ciberseguridad Coveware, el año pasado, las víctimas de ransomware tuvieron que pagar una media de 310.000 dólares para desbloquear sus sistemas informáticos.

De momento, el transporte de combustible sigue suspendido en los 8.850 kilómetros de oleoductos que gestiona Colonial y que son fundamentales para abastecer los grandes núcleos de población en el este y sur del país.

Algunos legisladores ya han pedido mayores regulaciones para proteger la infraestructura energética del país y han expresado preocupación por el impacto que podría tener en los precios del combustible.

Ciberriesgos