El Banco Central Europeo (BCE) ha cumplido con lo previsto y deja sin alteraciones los tipos de interés, a pesar de que las cifras de inflación de la eurozona superan el 3%, sin atisbos de mejora en el corto y medio plazo.
En un comunicado tras su cumbre de política monetaria celebrada esta mañana, la institución presidida por Christine Lagarde ha anunciado esta decisión de dejar los tipos en sus niveles actuales "hasta que observe que la inflación se sitúa en el 2% bastante antes del final de su horizonte de proyección y de forma duradera en el resto de dicho horizonte".
Por su parte, la entidad europea seguirá comprando deuda por valor de unos 65.000 millones de euros al mes. El consejo de gobierno del BCE considera que "pueden mantenerse unas condiciones de financiación favorables con un ritmo de compras netas de activos en el marco del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) ligeramente inferior al del segundo y tercer trimestre de este año".
¿Qué están haciendo otros bancos centrales?
La posición adoptada por el BCE contrasta con las decisiones que ya han empezado a adoptar en otros bancos centrales, donde se están subiendo los tipos de interés para contrarrestar el alza de los precios. Por un lado, el Banco de Inglaterra prevé subir los tipos en un cuarto de punto, mientras que la Fed se encamina a retirar los estímulos en los próximos días para permitir la subida de tipos de cara al 2022.
En España, sin ir más lejos, se ha conocido esta misma mañana que el IPC se ha disparado al 5,5%, la mayor subida desde 1992. El encarecimiento progresivo de la energía y de la bolsa de la compra se sitúan entre los principales causantes de esta cifra histórica en nuestro país.