El Banco Central Europeo es consciente de los riesgos que puede generar en los mercados su política de bajos tipos de interés y compras masivas de títulos de deuda, pero por ahora "no hay burbuja financiera a escala de la zona euro" ni nada que necesite su intervención.
Esta es la explicación del miembro del directorio del BCE Benoît Coeuré en una entrevista publicada hoy por "Le Journal du Dimanche" sobre las decisiones anunciadas el pasado jueves, en particular la de mantener las compras de títulos de deudas al menos hasta finales de septiembre de 2018, aunque a un nivel inferior, 30.000 millones de euros mensuales a partir de enero en lugar de 60.000 millones.
Benoit Coeuré, que dirige las operaciones de mercado del BCE, también dijo que el programa de impresión de dinero continuará hasta que la inflación "se mueva claramente" hacia el objetivo del banco central de poco menos del 2 por ciento.
El BCE anunció el jueves que el esquema de alivio cuantitativo se extendería hasta septiembre de 2018, y su presidente Mario Draghi, dejó en claro que su duración eventual es un asunto que sigue abierto
En cuanto a los riesgos de apalancamiento, reconoció que hay tensiones puntuales en los precios inmobiliarios "en algunos países" y que en Francia la deuda de las empresas sube "también muy rápido, tal vez demasiado", pero "por ahora, nada que necesite una acción del BCE".
Sobre las reformas institucionales que se contemplan en la zona euro para hacerla más eficiente, indicó que él desde hace mucho tiempo está a favor de crear la figura de ministro de Finanzas dotado de instrumentos para que se pueda hacer frente a la próxima crisis "sin asentarse demasiado en el BCE, como ha ocurrido ampliamente estos últimos años".
Para que sea posible ese ministerio común del euro -subrayó-, hay que generar confianza entre los países "y en esa discusión las reformas y el rigor presupuestario de Francia tienen valor de test".
Además, añadió que "un presupuesto común no exonera a los Estados de sus responsabilidades presupuestarias".
Igualmente defendió la idea de que el Mecanismo Europeo de Estabilidad se refuerce para poder convertirse en "un verdadero fondo europeo de estabilidad", dotado de más medios e independiente.
Preguntado por el tirón de los movimientos populistas y proteccionistas señaló que "Europa ha sido un éxito magnífico" con la creación del mercado único y del euro, o para acoger a países salidos del bloque soviético.
"Pero -admitió- no ha sabido acompañar a los trabajadores frente a la globalización y frente a las revoluciones tecnológicas".
Por eso, insistió en que hay que aprovechar la recuperación económica para "construir un espacio de reglas europeas que favorezca la movilidad de los asalariados, defienda sus derechos y les permita educarse y formarse por toda la UE"