El Banco de Japón ha anunciado esta mañana al término de su reunión mensual de dos días una ampliación de su programa de flexibilización a gran escala para contrarrestar los efectos negativos del brexit sobre la economía nipona.
La entidad explica en un comunicado que incrementará el ritmo anual al que adquiere fondos cotizados desde los 3,3 billones de yenes (28.699 millones de euros) hasta los 6 billones de yenes (52.461 millones de euros).
También señala que doblará el volumen de su programa de préstamos en dólares para empresas japonesas en el exterior de los 12.000 millones de yenes actuales (10.816 millones de euros) hasta los 24.000 millones (21.633 millones de euros)
Con estas medidas para mejorar las flujos de crédito, el BoJ pretende complementar su programa de compra de activos implementado desde la primavera de 2013 con el objetivo de terminar con un ciclo deflacionario que dura casi dos décadas.
En este sentido, la entidad anunció hoy también que mantiene intacto el objetivo de base monetaria a un ritmo anual de 80 billones de yenes (695.574 millones de euros/771.115 millones de dólares).
El banco central nipón decidió mantener la tasa de referencia en el -0,1%, nivel en el que la mantiene desde febrero para evitar el apalancamiento de capitales.
Esta última medida parece haber erosionado los beneficios de los grandes grupos financieros nipones.
La reunión de política monetaria de este mes se ha producido en un contexto de grandes expectativas después de que el Gobierno nipón haya diseñado un paquete de estímulo fiscal de más de 28.000 millones de yenes (más de 244 millones de euros/270 millones de dólares) para hacer frente al panorama que deja la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
Los últimos datos macroeconómicos muestran que el IPC ha entrado en terreno negativo empujado por los precios del crudo y que el crecimiento del archipiélago se ralentiza ante el frenazo de la demanda global.
El BoJ reflejó este sombrío panorama en su informe de previsiones económicas, en el que recortó el nivel de inflación que espera en 2016 en cuatro décimas hasta el 0,1%.
No obstante, la entidad sostiene que los precios subirán un 1,7% de media en 2017, año para el cual aspira a lograr su meta de generar subidas del IPC de en torno al 2%.
Por otro lado, también rebajó el crecimiento de la tercera economía del mundo para todo el año en otras dos décimas hasta el 1,2%.
El anuncio del BoJ ha encarecido al yen frente al dólar, que antes de conocerse el comunicado se cambiaba en 105 yenes y que cayó hasta la banda media de los 103 tras su publicación.
Por otra parte, la Bolsa de Tokio ha recibido inicialmente con fuertes vaivenes el desenlace de la junta de política monetaria, que aparentemente ha terminado por decepcionar a los inversores, ya que 45 minutos después del anuncio, el selectivo Nikkei caía más de un 1,5%.
El Banco de Japón cede y adopta una política más expansiva
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