Tensión e incertidumbre es lo que ha generado el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, días antes de hacerse con la presidencia del país. Ha cancelado el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, un proyecto de 13.300 millones de dólares, y que era el proyecto estrella de Enrique Peña Nieto. Una cancelación que se ha producido tras una consulta popular que ha sido fuertemente criticada porque no es vinculante y por su baja participación.

La reacción de todos los sectores y de los mercados ha sido inmediata: el peso mexicano ha bajado un 3,6% frente al dólar, la bolsa de México ha caído más de un 4% y algunos analistas señalan que la bajada del peso hacen más probable que el banco central suba los tipos de interés. El rendimiento del bono mexicano en pesos a 10 años ha subido 37 puntos básicos hasta el 8,74%. Una incertidumbre que podría ir en aumento en los próximos días según esta analista mexicana:



El todavía presidente, Enrique Peña Nieto, dice que la construcción seguirá hasta que finalice su mandato a finales de noviembre y advierte de los pagos que se tendrán que realizar por los compromisos adquiridos:



La sorpresiva decisión de López Obrador tiene efectos considerables en las empresas involucradas ya en el proyecto. FCC y Acciona, junto con Sacyr y Aldesa, son las principales compañías españolas afectadas por la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México.

Y especialmente perjudicadas están las empresas propiedad de la familia del multimillonario mexicano Carlos Slim y que estaban participando en el diseño, la construcción y la financiación del proyecto. Además, los fondos de pensiones de México también aportan dinero a través de un fondo de inversión en infraestructura.

Los empresarios mexicanos agrupados en el Consejo Coordinador Empresarial han expresado su firme rechazo a la decisión y la forma en la que se hizo la consulta pública.

López Obrador ha salido al paso de las críticas y ha dicho que los inversores en el nuevo proyecto del aeropuerto estarían protegidos y que los bonos emitidos para respaldar su construcción estaban garantizados.

López Obrador argumentó durante la campaña electoral que el nuevo aeropuerto estaba contaminado por la corrupción y que su mantenimiento sería costoso debido a la complejidad geológica del terreno.

El referéndum fue organizado por el Movimiento Nacional de Regeneración de López Obrador, sin contar con la autoridad electoral nacional INE. Los partidos de la oposición han dicho que la consulta no siguió las reglas adecuadas. Además, varios medios de comunicación locales informaron de casos de personas que votaron más de una vez e informaron de fallos en el software utilizado para registrar las tarjetas de identificación de los votantes.