Los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos a China, que alcanzan hasta un 104% sobre productos importados, han desatado una guerra comercial donde el gigante asiático no está respondiendo "con suavidad". Águeda Parra, analista geopolítica de China Geotech, explica que Pekín cuenta con múltiples herramientas para contrarrestar las medidas estadounidenses.
La analista geopolítica Águeda Parra explica las estrategias de Pekín frente a los aranceles de Estados Unidos y revela sus "armas estratégicas".
Las tierras raras: el arma estratégica de China
"Una de las cosas que podríamos destacar son las restricciones a las exportaciones de tierras raras", señala Parra. Este movimiento estratégico podría perjudicar significativamente a Estados Unidos, especialmente en su intento de recuperar su base industrial militar.
"China produce hasta el 90% de tierras raras", explica la analista, añadiendo que estas son fundamentales "tanto para el entorno militar como para el consumo mayoritario". La restricción afectaría a "la industria aeroespacial" y a empresas como Tesla y Apple.
Ante la amenaza de Trump sobre la dependencia china del petróleo, Parra destaca: "China ha venido mitigando esa dependencia que tiene del petróleo haciendo nuevos acuerdos comerciales con los mayores exportadores".
La incorporación de Irán, Arabia Saudí y Emiratos Árabes a los BRICS fortalece la posición china. "En el entorno de los BRICS también se producen los pagos y compras en yuanes", señala la experta, destacando que "muchos países ya han elevado sus reservas en yuanes".
El papel de Europa
Parra observa que la Unión Europea ha ido "modulando su acercamiento a la zona Asia-Pacífico para establecer relaciones de mayor relación comercial, sobre todo en los entornos digitales y de materias primas".
Sin embargo, advierte sobre crear nuevas dependencias: "La Unión Europea intenta ser cauta. Esta situación de los aranceles es desestabilizadora para todos los mercados, pero no se pueden generar nuevas dependencias".
A pesar de las tensiones, la analista destaca que todavía "hay muchísimos productos en los que nuestra industria es muy atractiva para el consumidor chino", representando una oportunidad para España y Europa de ampliar sus relaciones comerciales con el gigante asiático.