La COP21 celebrada en París acabó con un acuerdo sobre la bocina en el que se obligaba a todos los Estados a presentar planes de recortes de sus emisiones de gases de efecto invernadero y frenar el cambio climático: una oportunidad económica para Europa.
Entrevista con Victor Viñuales, director ejecutivo de ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo)
El acuerdo vuelve a la actualidad informativa después de que Donald Trump iniciara el proceso para sacar a Estados Unidos del Acuerdo de París, aunque no será efectivo hasta las próximas Presidenciales en noviembre de 2020.
“En realidad no es EEUU, sino que es el Gobierno de Estados Unidos”, explica Victor Viñuales, director ejecutivo de ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo).
De momento, 184 estados han presentado programas de recorte, que son dispares y en muchos casos difíciles de comparar.
Esos planes de recorte de todos los países deben servir para que el incremento medio de la temperatura en el planeta se quede por debajo de los dos grados respecto a los niveles preindustriales y en la medida de lo posible por debajo de 1,5.
En Estados Unidos, ciudadanos y empresas siguen concienciados a pesar del órdago de Donald Trump.
“Nunca se han cerrado más centrales de carbón que bajo el mandato de Trump”, acota Viñuales. “El dinero no es tonto y este sistema no es sostenible”, añade.
Europa, líder
De los 184 firmantes, solo un 20% está cumpliendo con los recortes de emisión y la mayoría son de la Unión Europea.
“Europa es líder en la lucha contra el cambio climático y lo hace influyendo en la normativa y leyes de muchos países”, apunta Viñuales en Capital Radio.
Según un informe de la Fundación Ecológica Universal (FEU) países como Islandia, Liechtenstein, Noruega, Suiza y otros más tienen planes de recorte que fijan reducciones para 2030 de sus gases de efecto invernadero de al menos un 40% respecto a los niveles de 1990.
En el caso de la UE se estima que algunas proyecciones apuntan a que las medidas aprobadas llevarán a una reducción de hasta el 58% de esas emisiones.
“Es muy bueno para el clima y también para el empleo en Europa”, comenta director ejecutivo de ECODES (Fundación Ecología y Desarrollo).
“Se debe combatir el cambio climático desde la agricultura, comercia. Se debe corresponsabilizar de cada cuota y cada parte responsabilidad para luchar desde todos los ángulos económicos”, señala. "No cabe otra, la corresponsabilidad”.