La AIReF señala que el programa de reindustrialización y competitividad industrial no funciona y además sale muy caro a la administración.
Así lo demuestra en el sexto estudio que ha presentado la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal, dentro de toda una tanda de siete informes que tiene planeado presentar sobre revisión de gasto. En concreto ha presentado estudios sobre subvenciones, recetas, políticas activas, becas, I+D+i, industria y Correos (estos dos últimos presentados hoy).
El sexto proyecto se ha centrado en el Fortalecimiento de la Competitividad Empresarial y en él se concluye que el Programa de Reindustralización y Competitividad Industrial (RCI) no mejora la competitividad empresarial.
El programa analizado por la Airef, impulsado por el Ministerio de Industria, funciona con préstamos concedidos directamente por la cartera que dirige Reyes Maroto y está destinado a desarrollar proyectos industriales. En concreto, se trata de créditos similares a los bancarios pero con condiciones más ventajosas a un tipo de interés de mercado, con tres años de carencia y un plazo de amortización a diez años.
Las conclusiones a las que llega la Airef son que el impacto del programa es modesto en cuanto a la inversión y el empleo de las empresas beneficiarias, que además tiene un coste financiero y de morosidad muy elevado, al tiempo que se gestiona con procedimientos poco eficientes y que no hay experiencias equivalentes a nivel internacional.
Es por eso que propone que, al menos como es ahora, el programa no se siga desarrollando. Si se quiere hacer un plan industrial, deben hacerse cambios importantes.
La Airef ha analizado la normativa reguladora, una muestra aleatoria de expedientes con todos los documentos del procedimiento y las bases de datos del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, con información relativa a las 11.200 solicitudes realizadas entre 2008 y 2016. En ese tiempo, se otorgaron cerca de 4.900 millones de euros en préstamos, de los que a finales de 2017 su saldo vivo, pendiente de devolución, era aproximadamente 3.300 millones de euros.
Durante la última década solo han accedido a este programa el 2% de las empresas industriales españolas. En cuanto al impacto en inversión y empleo por convocatoria, la Airef dice que es muy modesto: 4.700 puestos de trabajo y 208 millones de euros, pero el impacto desaparece a los cinco años. La Airef ha comparado la evolución de estas empresas respecto a otras de similares características y su conclusión es que a medio y largo plazo el impacto de las ayudas del ministerio de Industrial sobre el empleo, la inversión, la productividad, la rentabilidad, el coste medio de la deuda o el nivel de deuda es nulo.
El informe concluye que a la Administración pública le cuesta alrededor de 25.000 euros al año cada puesto de trabajo creado por las empresas beneficiarias de este programa, es decir cinco veces más que el subsidio por desempleo máximo. El estudio calcula que entre 2008 y 2014 se crearon unos 33.000 empleos, unos 4.700 puestos de trabajo por convocatoria, pero que a los cinco años son reabsorbidos por las empresas. Desde la Airef precisan que el periodo de análisis coincide con la crisis, cuando se destruyeron muchísimos puestos de trabajo, por lo que la comparativa se podría ver afectada por ese contexto.