La reunión de la institución europea ha girado en torno a la preocupación sobre la rentabilidad de los bancos y cómo puede verse afectada por los tipos a 0% durante un largo periodo de tiempo.
El BCE ha decidido retrasar hasta finales de 2019 los plazos barajados para su subida de tipos, aunque varios consejeros plantearon prorrogar la fecha a 2020, según las actas de la última reunión.
Algunos de los principales responsables de la política monetaria en Europa querían ir un paso más allá que hace un mes, cuando el BCE proponía aplazar las previsiones de subida de tipos y anunciaba una nueva ronda de préstamos de bajo coste, para apoyar al sector financiero.
Finalmente esta opción no se ha materializado, por la preocupación que genera este escenario de tipos bajos en el sector bancario, que de por sí tiene problemas de rentabilidad.
La entidad es consciente del riesgo que supone este retraso para los bancos y por eso está estudiando medidas para aliviar al sector. En esta ocasión, los inversores, y sectores como el bancario, esperaban conocer nuevos detalles sobre la posibilidad de un ajuste en los intereses que el BCE cobra a los bancos por sus depósitos.
La tasa de facilidad de depósito está fijada en la actualidad en el -0,4%. Las actas no aclaran esta posibilidad, pero su contenido sí que incluye la preocupación que genera en el BCE cómo puede afectar a los bancos el tener que enfrentarse a un periodo largo de tipos de interés muy bajos.