Un total de 130 países han logrado este jueves un acuerdo sobre la fiscalidad internacional que establece un doble dispositivo para el reparto de gravámenes de grandes empresas, concretamente en el sector digital, y un tipo mínimo mundial de al menos 15% para el impuesto de sociedades.
Se trata de un acuerdo histórico de reforma fiscal para que las grandes multinacionales paguen impuestos en todos los países donde ejercen sus actividades, al margen de que tengan o no sedes sociales.
"Después de años de trabajo y de negociaciones intensas, este paquete histórico de medidas garantizará que las grandes empresas multinacionales pagan su justa contribución en impuestos en todo el mundo", resaltó el secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Matahias Cormann.
Además, Cormann hizo hincapié en que este acuerdo no busca acabar con la competencia fiscal, sino "limitarla" a través de reglas multilaterales, y "tiene en cuenta los intereses de todas las partes, incluidos los de pequeñas economías y países en desarrollo".
Se basa en dos pilares. El primero de ellos es que está concebido para la actividad digital, si bien es cierto que no se limitará a ese sector. Afectará a todas las compañías con una facturación mundial superior a los 20.000 millones de euros y con una rentabilidad superior al 10 %.
Todos los países en los que esas empresas obtengan ingresos superiores a un millón de euros, o a 250.000 en el caso de pequeños Estados, tendrán derecho a recibir una parte del impuesto que tendrán que abonar.
El segundo pilar es para las empresas que tengan una facturación de al menos 750 millones de euros a las que se aplicará un tipo mínimo del impuesto de sociedades de al menos 15 %. El porcentaje definitivo tendrá que acabar de concretarse de aquí a octubre.
Por el momento, únicamente han faltado por sumarse 9 países de los 139 miembros del llamado Marco Inclusivo, en el que se ha desarrollado la negociación, aunque se espera que algunos de ellos se unan de aquí a octubre: Barbados, Estonia, Hungría, Irlanda, Kenia, Nigeria, Perú, Sri Lanka y San Vicente y las Granadinas.
En este sentido, el secretario general de la OCDE también aseguró que sería conveniente que esta negociación se traduzca en un acuerdo final de aquí a finales de año, y en principio podría aplicarse de forma efectiva en 2023.
Según la OCDE, con una tasa de al menos 15%, el impuesto mínimo mundial generaría unos 150.000 millones de dólares de ingresos fiscales adicionales al año en todo el mundo.