No es un secreto que la primera economía de Europa no pasa por su mejor momento. Respecto a la eurozona ha presentado numerosas caídas en varios índices económicos que no hacen vislumbrar la luz al final del túnel.
A mediados de este agosto conocimos los datos del PIB de la eurozona del segundo trimestre del año, en ellos Alemania presentaba una contracción, la segunda en menos de un año, del 0,1% que lo estancaba en un dato anual de crecimiento nulo del 0%. La economía alemana acumula meses de caídas en sus principales índices económicos, pero sin duda la peor situación la vive su sector manufacturero.
Si tenemos en cuenta que por debajo de los 50 puntos podemos considerar que una economía presenta indicios de recesión, debemos analizar lo que supone que su sector manufacturero se encuentre en los 43,6 puntos, pese a conseguir una ligera subida respecto al primer semestre del año. Este sector genera una destrucción de empleo cada vez más veloz mientras que otros sectores, como los servicios, intentan contrarrestar estas caídas aunque lo hagan de manera insuficiente.
Pese a que sectores como el de servicios arroje algo de esperanza a la situación, en el informe publicado esta mañana por el Instituto IFO, la confianza en la economía ha caído y más de lo previsto. Este informe refleja la quinta caída mensual consecutiva, que se sitúa en los 94,3 puntos, y que no parece ser la última o frenarse según el clima de escepticismo que ronda al futuro económico alemán.
Clemens Fuest, presidente del Instituto IFO, señala que “cada vez hay más indicios de una recesión” y añade que no se veían estos niveles de pesimismo por parte de los empresarios desde el 2009, uno de los peores años de la crisis económica.
Según el análisis de IFO, la caída de la confianza viene potenciada por la bajada del comercio, sobre todo por el sector mayorista, pero sin olvidarnos de las manufacturas, muy dañadas por la guerra comercial y que no parecen reanimarse ni frenar sus caídas, al igual que la construcción.