En el Debate de Transforma España de esta semana, de la mano de Eduardo Serra y moderado por Federico Quevedo, hablamos de lo políticamente correcto y debatimos sobre ello con la escritora Carmen Posadas y el diplomático Santiago Mora-Figueroa, como invitados.
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Hoy hablamos sobre la corrección política y debatimos sobre ello con la escritora Carmen Posadas y el diplomático y Marqués de Tamarón Santiago de Mora Figueroa. De la mano de Eduardo Serra y moderado por Federico Quevedo
Como señala Eduardo Serra, "teóricamente lo políticamente correcto es el lenguaje y las medidas destinadas a evitar ofender o poner en desventaja a personas o grupos minoritarios de la sociedad". Lo que en principio parece que es un buen propósito, "muy pronto se ha ido descubriendo que no es sólo eso, que es algo mas".
¿Cuál es el origen de la corrección política?
Explica Serra que, según los expertos, nació en los años 70-80 en los campos universitarios "con el propósito de defender a esos grupos minoritarios, pero lo que hacen es dictar lo que se puede decir y lo que no". Cita al padre del liberalismo, Stuart Mill, que afirmaba que "la libertad de expresión hay que defenderla no sólo contra los gobiernos, sino también contra ciudadanos comunes que nos quieren iguales a ellos".
En el mundo de la literatura, cada vez se ha puesto más de manifiesto la existencia de lo políticamente correcto. Carmen Posadas considera que "está llegando a niveles absolutamente grotescos", y menciona como ejemplo de esto lo que está ocurriendo en Estados Unidos, donde cualquier escritor firma un contrato en el que hay una cláusula por el que éste puede disolverse si esa persona lleva a cabo una conducta personal que no sigue los estándares de corrección política.
Y es que esta forma de censura no se queda ahí, también llega al mundo del cine. Walt Disney, por ejemplo, ha cambiado varias veces sus películas o las ha retirado por considerarlas inapropiadas.
En el ámbito de la diplomacia, Santiago de Mora-Figueroa apunta que "nos atribuyen una especie de corrección de modales que no ha existido nunca del todo", pero que "la corrección política es otra cosa y es más peligrosa también para los diplomáticos".
Si lo trasladamos al plano de los gobiernos, Carmen Posadas afirma que "es una salida muy buena para parecer que haces cosas cuando no haces nada". En palabras de la escritora, "cuando una causa buena se defiende a base de argumentos grotescos, se vuelve en contra de los defendidos".
Solucionar problemas reales resulta muy difícil y muy caro, sin embargo, legislar basándonos en esto es muy cómodo, como señala Mora-Figueroa, que considera que "al final lo que hay son intereses algo más soterrados que están detrás del griterío de la corrección política".
El fenómeno de las redes sociales
Los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales son los dos elementos principales a través de los que se propaga esta tiranía de lo políticamente correcto.
"A mi modo de ver, las redes sociales son redes de eco", indica Serra, y asegura que en ellas no hay intercambio de ideas ni se genera un debate enriquecedor, sino que cada uno se relaciona solo con quienes comparten sus mismos pensamientos y "se machacan cada uno en sus propias convicciones".
En ellas, precisamente por ese fomento de la "unanimidad grupal" que buscan los usuarios, se favorece el enfrentamiento y también, como apunta Carmen Posadas, los extremos.
Al gozar de anonimato, los usuarios pueden decir lo que quieran sin que nadie sepa quién lo ha dicho. En este sentido, Santiago Mora-Figueroa asegura que le intriga "cómo se va a lidiar con el problema de la impunidad de delitos gravísimos de injurias y calumnias que se hacen de forma anónima".
Como explica Serra, lo que ocurre con la corrección política es que "todo lo que ha sido el símbolo de dominio durante siglos, es lo que hay que poner en tela de juicio", según la mentalidad actual, y "todo lo que ataque a ese modelo está protegido por la corrección política".