La empresa de tecnología japonesa Softbank ha entrado en el capital de la empresa de pagos alemana por 900 millones de euros. Lo ha hecho vía bonos convertibles en acciones que equivaldrían a un 5,6%.
El movimiento de la firma nipona ha sido todo un bálsamo en la cotización de Wirecard y se ha recibido con subidas en la apertura de un 8%. La empresa alemana de pagos se ha visto sometida en los últimos meses a una dura presión en el mercado después de que el diario Financial Times informara de presuntas irregularidades contables.
Según el acuerdo, Wirecard emitirá bonos exclusivamente para una filial de Softbank que se convertirán en 6,92 millones de acciones al cabo de cinco años lo que equivale a alrededor del 5,6% de la empresa. El precio de conversión es de 130 euros por acción lo que representa una prima del 5% respecto al precio de cierre de la germana del martes. Los accionistas tendrán que votar sobre esta emisión de bonos en la junta anual que se celebrará el 18 de junio.
Los inversores lo han interpretado como un voto de confianza en el negocio de Wirecard que le permitirá a la empresa con sede en Munich ampliar sus operaciones en Asia.
Wirecard y Softbank también han firmado una alianza estratégica para colaborar en el área de pagos digitales. Como parte de esto, Softbank ayudará a Wirecard a expandirse hacia Japón y Corea del Sur, y ofrecerá oportunidades para colaborar con otras empresas de su cartera en áreas como el análisis de datos, inteligencia artificial y servicios financieros digitales innovadores.
Wirecard, fundada en 1999, reemplazó el año pasado a Commerzbank en el índice DAX ya que se benefició de una tendencia global hacia los pagos digitales impulsados por el comercio electrónico. Sin embargo las acciones han bajado en torno a un 38% desde principios de septiembre ante la caída de las acciones tecnológicas y después por las informaciones de Financial Times que apuntan a que el personal de sus operaciones en Asia ha inflado los ingresos declarados.
El mes pasado, Wirecard dijo que un bufete de abogados externo que investiga el asunto descubrió que el personal local de su oficina de Singapur pudo haber cometido delitos, pero que éstos no eran importantes para la posición financiera de la compañía de pagos alemana.