La evolución del negocio de Repsol es positiva y tiene a favor la recuperación del precio del crudo, según los expertos. No obstante, la menor producción y el margen de refino van a condicionar el tercer trimestre.
El beneficio neto ajustado a extraordinarios y a coste constante de inventario se habría situado en 296 millones de euros. Esto supone un crecimiento del 86% respecto al mismo cuarto de 2015, cuando el entorno y los precios del mercado de petróleo eran más adversos, y una reducción del 14% sobre los 345 millones que ganó en el segundo trimestre de este año.
Uno de los aspectos más relevantes de los resultados será la deuda y el beneficio neto reportado tras la venta de un 10% de Gas Natural al fondo de infraestructuras GIP. La compañía podría cerrar septiembre con un endeudamiento neto por debajo a los 10.000 millones de euros.
Para Nicolás López, de MG Valores, los resultados van a confirmar que la compañía empieza a entrar en terreno de rentabilidad.
El mercado estará pendiente de cualquier comentario sobre el margen de refino (a principios de octubre estaba por encima de los 7 dólares), de la retribución al accionista o de alguna iniciativa para proteger el rating.
Estaremos atentos a las medidas adicionales para lograr mayor fortaleza del balance, en concreto a una posible emisión de híbridos por 1.500 millones de euros y a las pistas que pudieran dar sobre su política de dividendos a futuro, todavía sin definir.
Repsol sale de la alerta roja
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