Muy asentadas en EE.UU., las recompras de acciones proliferan y se afianzan en España, particularmente en sectores como la banca. ¿Por qué razones recurre una empresa a un plan de este tipo? ¿Cómo discernir entre recompras eficientes -que realmente generan valor para el accionista- y las meramente oportunistas?
Eduardo Menéndez Alonso, profesor de Economía Financiera de la Universidad de Oviedo, nos da las claves en este podcast de Mercado Abierto.
Eduardo Menéndez Alonso, profesor del Área de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Oviedo, analiza la recompra de acciones como movimiento empresarial.
El inversor siempre debe preguntarse con espíritu crítico qué hay detrás de la decisión de una empresa de recomprar acciones. “Si distribuye esos recursos da a entender que no encuentra oportunidades rentables de inversión y eso se podría entender como una mala noticia”.
Riesgos de las recompras
Estas operaciones no sólo se pueden formular para distribuir un exceso de capital, también por otros motivos “menos confesables”, destaca Menéndez Alonso. Cuando las empresas recompran acciones y luego las amortizan, reducen el volumen de títulos en circulación. Consecuencia de ello, se genera un aumento del beneficio por acción (BPA), algo que puede afectar de forma favorable a los programas de stock options que muchas empresas aplican a sus directivos.
Junto a ello, el profesor de la Universidad de Oviedo también destaca que se pueden usar para perseguir una protección frente a una potencial OPA. Y llama la atención -como ya ha puesto sobre la mesa la CNMV- sobre el hecho de que se presenten como remuneración al accionista porque sólo beneficia a los accionistas que deciden no aceptarla.