El presidente de Francia, Emmanuel Macron, está de viaje estratégico.Y es que con los países occidentales enfrentados con Rusia y en búsqueda activa de recursos naturales para reducir su dependencia de Moscú, el país vecino ha puesto el ojo en Kazajistán y Uzbekistán, dos exrepúblicas soviéticas.
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Hoy ponemos el foco en cómo Francia se interesa por Uzbekistán y Kazajistán, con miras a que las empresas galas extraigan recursos minerales energéticos esenciales en la región.
EDP y TotalEnergies en Kazajistán
Macron ha celebrado que el país no haya tomado el camino del enfrentamiento geopolítico a pesar de ser aliado de Rusia y China, y ha puesto de manifiesto la necesidad de complementar y acelerar sus relaciones estratégicas.
Y es que en materia empresarial, la gala EDF es uno de los candidatos para el proyecto de la primera central nuclear de Kazajistán mientras que TotalEnergies explota un importante yacimiento en el Mar Caspio.
Empresas francesas en Uzbekistán
También tiene protagonismo en esta historia el país vecino, Uzbekistán. Este jueves el mandatario francés ha abogado por desarrollar más el comercio entre los países, unos conductos que permitirán extraer recursos minerales en el país centroasiático con ayuda de las empresas galas.
En unas declaraciones junto al presidente de esta ex república soviética Macron ha indicado que aunque su comercio entre países se ha “triplicado" desde inicios del año, estas relaciones no están en el nivel que deberían.De acuerdo con la Presidencia uzbeka, el intercambio comercial alcanzará 1.000 millones de dólares en el futuro próximo.
¿A qué se debe el interés en la región?
La respuesta está en sus recursos minerales, una cruzada que tiene ya algunos nombres encima de la mesa. Aunque la más sonada es la compañía Orano, que ya está presente en Kazajistán, y que ya ha lanzado un proyecto piloto para la extracción de uranio en Uzbequistán, un mineral esencial para el funcionamiento de las centrales nucleares francesas Macron también celebra presencia en el país de grandes empresas, como EDF, Suez, Veolia o Alstom, que trabajan en "sectores clave" de la economía uzbeka.
Y es que esta región de Asia central, muy cotizada en materia de recursos naturales básicos para nuestros sistemas energéticos parece que se está dejando seducir por las grandes potencias mundiales para construir unas sólidas relaciones comerciales.