Comienza la semana con los indicadores asiáticos en positivo tras unos datos mixtos en el apartado macroeconómico. En China, el director de la oficina de estadística ha adelantado el dato de producción industrial del mes de febrero, que cerró con un crecimiento del 6%, igual que ocurrió con el dato de enero. Algo positivo para las empresas chinas, que mantienen de esta forma el ritmo de crecimiento pese a la desaceleración de la economía y el cambio en el modelo económico.
Un dato similar, el de los pedidos de maquinaria en Japón, deja una lectura más negativa. Caen esos pedidos un 3,2%, lo que sugiere que las empresas ingresarán menos en los próximos meses. El dato supone un revés para el gobierno nipón, que esperaba que la mejora en el sector de la construcción se extendiera hasta el industrial. No será así y desde el Banco de Japón han salido al paso de este dato. Confían en que mejore en marzo, y se muestran preocupados con que el crecimiento económico del país no se traslade a una subida en los precios, que permita a su vez incrementar los salarios posteriormente.
En Corea del Sur continúan las disensiones tras la destitución el viernes de la presidenta del país, Park Geun-hye, que ha asegurado que es inocente y que no ha cometido ninguna irregularidad. De momento el nuevo encargado del ejecutivo pide a la mayoría de los miembros del gobierno que se mantengan en sus puestos laborales, para mantener un mínimo de gobierno hasta que, en el plazo de dos meses, se convoquen nuevas elecciones.
En clave empresarial, protagonistas HSBC y Toshiba. El primero porque cambia de presidente. Por primera vez en 150 años nombran como máximo responsable a una persona que no procede directamente de la entidad. Mark Tucker, que hasta ahora era consejero de AIA, será el nuevo presidente de la entidad, y entre sus tareas estará buscar un nuevo consejero delegado, porque Stuart Gulliver lo dejará en 2018. Entre los nuevos candidatos están varios directivos del propio HSBC, y un ex Goldman Sachs.
La otra compañía protagonista esta madrugada es Toshiba, sobre quien siguen circulando rumores. El último habla de la posibilidad de que venda el 50% de su división de fabricación de cargadores, lo que le valdría para ingresar cerca de 1.000 millones de dólares. Algo que serviría para tapar parte de un agujero de 6.300 millones que la división nuclar ha dejado en sus cuentas. Toshiba, que ha llegado a subir un 6%, ha cerrado la jornada subiendo cerca de un 3%.
La industria crece en China y se estanca en Japón
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