Grifols no olvida el objetivo de millones de afectados en el mundo y de sus familiares: disponer de un tratamiento que ayude a controlar y a ralentizar los síntomas de demencia que provoca el Alzheimer. Este lunes Grifols vuelve a subir en bolsa porque le recuerda al mercado que avanza en su proceso de análisis de fármacos para tratar la enfermedad. La compañía daba este mensaje ya con el mercado cerrado en Europa el pasado viernes en una conferencia en San Diego, EEUU.
Según el Informe Mundial sobre el Alzheimer 2018, de los 50 millones de personas en todo el mundo que viven con demencia, unos dos tercios sufren la enfermedad de Alzheimer. Y es posible que el número de afectados aumente a los 152 millones de personas para el año 2050. Esta enfermedad, de la que se detecta un caso cada tres segundos en el mundo, no solo no tiene cura, si no que dispone de pocos fármacos para tratarla. Y en esa batalla por conseguir un fármaco que ayude al tratamiento del Alzheimer está la empresa de hemoderivados Grifols.
Los resultados de su estudio AMBAR (Alzheimer Management by Albumin Replacement, por sus siglas en inglés) de Grifols muestran efectos positivos al conseguir ralentizar la progresión de la enfermedad en pacientes en estadio leve y moderado, corroborando mediante pruebas de neuroimagen los datos de eficacia publicados en 2018.
El objetivo del ensayo de Grifols era evaluar si la enfermedad de Alzheimer puede retrasarse mediante la extracción periódica de plasma del cuerpo del paciente y su sustitución por albúmina, una proteína. Este ensayo se ha realizado en personas con alzhéimer leve o moderado en España y Estados Unidos.
Siguiente paso: hablar con la FDA
Tras el éxito de la última fae, Grifols se reunirá con la FDA (Food and Drug Administration, por sus siglas en inglés) para discutir el programa de desarrollo clínico de AMBAR y el diseño de un nuevo ensayo, el AMBAR II, que profundizará y complementará el estudio recién concluido.
El estudio AMBAR en fase III/2B ya mostró en 2018 que conseguía estabilizar el progreso de la enfermedad neurodegenerativa mediante un recambio plasmático o plasmaféresis en pacientes en estadio moderado, pero en su momento los datos no eran relevantes en los pacientes en estadio leve. Grifols demostró que la mayoría de la beta-amiloide, una de las proteínas que se acumula en el cerebro de las personas con alzhéimer, circula en el plasma ligado a la albúmina y con su sustitución se limita el efecto de la enfermedad en las funciones cognitivas.
El ensayo mostró que los pacientes tratados con albúmina e inmunoglobulina tuvieron una reducción menor del metabolismo de la glucosa en el cerebro después del tratamiento de 14 meses, lo que sugiere una reducción del daño neuronal de los pacientes.
Elevado potencial en números, en ventas
La comunidad científica busca desesperadamente un tratamiento para el alzhéimer, después del fracaso de decenas de fármacos experimentales.
Según cálculos de analistas del banco Sabadell, alrededor de 1,2 millones de personas sufren Alzheimer en estadio moderado, lo que supondría un mercado potencial de unos 5.000 millones de euros de ingresos en EEUU y Europa y un precio medio de tratamiento de alrededor de 4.500 euros.
Respecto al anuncio realizado por Grifols el viernes, Nicolás López, director de análisis de MG Valores, pide prudencia. “Este fármaco todavía está en un fase temprana de investigación. Ya sabemos que a veces las farmacéuticas dan noticias positivas y luego, años después dan algún susto. Todavía no podemos dar por hecho que este tratamiento va a llegar al mercado”, explicaba el analista a Capital Radio.
En cualquier caso, Grifols celebra este lunes sus avances en bolsa y ya suma en el año una revalorización que supera el 37%.