Una vez dado el pistoletazo de salida de la temporada de resultados en EE.UU toca lo correspondiente aquí, en Europa, donde ya se va viendo el goteo de cuentas de algunas compañías.
Una temporada que muchos consideran que será crucial para saber interpretar lo que pasará en la segunda mitad del año.
2022 se ha presentado y titulado ya como un año complicado, tanto para la renta variable como para la fija, y el pesimismo en el mercado se palpa en el ambiente.
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Los inversores mirarán con lupa las perspectivas del discurso de los directivos en la presentación de resultados empresariales
El endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales provoca el temor de que las economías se resientan y, en consecuencia, los márgenes de las compañías acompañen a unos resultados empresariales deteriorados por el contexto de inflación y de la guerra.
No solo eso, desde Abante Asesores señalan que el deterioro de la confianza del consumidor y empresarial también afectará a las expectativas de las compañías.
Más que cifras será importante prestar atención a lo que digan los directivos de las compañías en cuanto a planes de inversión y previsiones trimestrales.
Una valoración en línea con la del socio de Buy&Hold, Antonio Aspas que, a pesar de esperar que "los resultados sean buenos, lo que mirarán los inversores con lupa serán las expectativas para la segunda mitad del año".
Resultados empresariales: el principal indicador económico
Desde Renta 4 la percepción es que sean las propias compañías las que ofrezcan algo más de “visibilidad sobre el potencial impacto del deterioro económico en las cuentas y de la capacidad para seguir trasladando el incremento de costes de producción a los precios de venta”.
Por otro lado, el indicador de estrés de los mercados financieros en España se sitúa en niveles de riesgo alto a principios de julio, según la CNMV. Aunque en ningún caso estaríamos hablando de los niveles del inicio de la pandemia o de la crisis financiera de 2008.
En concreto, lo que más estaría moviendo este indicador de estrés, es un giro "más abrupto" de la política monetaria y un escenario "de menor crecimiento".
Y esto, precisamente, es uno de los factores que ejercerá presión sobre las cuentas de resultados de compañías este trimestre: la manera en la que sean recibidas en el mercado, tal y como señala Pablo García, director general de Divacons-Alphavalue.
"Esperamos revisiones a la baja de beneficio por acción, que aun no se han producido realmente, pero el sentimiento de mercado ya ha caído".