"De los peores índices del mundo", "una bolsa de chicharros" y "una debilidad extraordinaria". Son los calificativos más recientes que ha recibido el Ibex 35 por parte de los analistas de Capital Radio. Pero eso no siempre fue así. Hace no muchos años, en un lugar de Madrid, residía una bolsa inmersa en una borrachera alcista que batía a Wall Street.
Pero a diferencia de lo que dice la canción del Gran Gatsby, "A little party never killed nobody", al Ibex 35 esta fiesta lo mató.
Hacemos un viaje al pasado en este podcast de Expediente Abierto.
Un repaso por los felices años 2000
Los felices 2000 fueron los años de oro para el Ibex 35. Al compás de la burbuja que acabó en la mayor crisis financiera de la historia, el índice español subía como la espuma de un vaso de champán. Más, incluso, que Wall Street.
La gran fiesta alcista del Ibex empezó en 2003, después de la crisis de las puntocom, y arrancó con el selectivo en los 6.000 puntos. Precisamente un nivel con el que hemos visto a coquetear en la crisis por el coronavirus (¿coincidencia? ¿empezará ahora el selectivo desde aquí una nueva fiesta alcista?).
La cosa empezó despacito y con buena letra. Tardamos un año en subir el siguiente escalón de los mil puntos hasta los 7.000. Fue cuestión de un par de meses batir los 8.000 puntos. Después de una pequeña lateralidad en el 2004, el año acabó con la superación de los 9.000 puntos. A los seis meses, ya habíamos batido los 10.000 y a finales de 2005 habíamos conquistado los 11.000 puntos.
Pero el verdadero pico de la borrachera alcista llegó en 2006 y 2007. De los 11.000 fuimos derribando obstáculos hasta el nuevo máximo histórico en los 13.000 a finales de 2006. En 2007 llegó el éxtasis de la mano de los 16.000 puntos, el último máximo histórico marcado por el Ibex 35.
En esos cuatro años, el selectivo español subió un 160% mientras el S&P 500 lo había hecho tres veces menos, un 55%. El Ibex había más que duplicado su valor en cuatro años.
Para hacernos una idea de la magnitud de la fiesta alcista del Ibex, el S&P 500 tardó también 4 años en doblar su valor desde 2009. Es decir, que el Ibex 35 ha llegado a comportarse como el tan alabado ciclo alcista de Estados Unidos de los últimos años.
La diferencia es que, al contrario de lo que dice la canción "A little party never killed nobody", la fiesta del Ibex sí mató a alguien: al propio selectivo español.
La fiesta que "mató" al Ibex 35
La borrachera alcista duró solo 4 años y en cuanto se marcó un techo en 2008, solo hizo falta un año para borrar prácticamente toda esa época de oro.
No vemos los máximos históricos desde el año 2007 (al menos en el Ibex Price Return, donde no se incluyen los dividendos) y nos hemos mantenido la mayor parte del tiempo por debajo de los 10.000 puntos.
Al final, el índice español ha sido un índice de crisis, por así decirlo. Con la de las puntocom, el Ibex explotó al alza para convertirse en uno de los selectivos más rentables del mundo en esos cuatrp años hasta otra crisis: la financiera de 2008. Desde entonces, la fiesta no ha vuelto.
Ahora ha llegado la tercera crisis del siglo XXI: la del coronavirus. Esta ha desplomado al Ibex hasta los mínimos de los últimos años por debajo de los 6.000 puntos. Además, desde que arrancó la recuperación general a mediados de abril, el Ibex se ha quedado muy rezagado sin apenas recuperar nada… hasta ahora.
En las últimas semanas, la nostalgia fiestera ha vuelto. En las últimas semanas el selectivo español se ha colocado muchos días como el índice europeo más alcista. En las últimas 10 sesiones ha repuntado un 12%.
¿Estamos de nuevo a las puertas de un ciclo alcista?
¿Estamos volviendo a 2003? ¿Nos queda por delante un ciclo alcista como el que acabó en 2007? Felipe López-Gálvez, desde Singular Bank, explica que no podemos ser "demasiado optimistas" en este sentido porque hay varios factores que no apoyarían ese ciclo alcista: el color del Gobierno, la ausencia de empresas tecnológicas y de valores "growth".