¿Quebrará IAG? Esa pudo ser la pregunta que se hizo el mercado en 2020 cuando IAG se desplomó más de un 70% por el aterrizaje del covid en la sociedad. Más de un año después, el virus sigue merodeando por el mundo y ese fantasma de la quiebra sigue atormentando al grupo de aerolíneas. Su auditor, EY, dice ahora que un retraso en la vacunación supondría un riesgo de insolvencia para IAG.
Te lo contamos en este podcast de Expediente Abierto.
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Un retraso en el despliegue de las vacunas a nivel regional, la permanencia de las restricciones de viajes y una recuperación de la capacidad aérea más tardía. Estas son algunas de las características que ha identificado EY en lo que denomina “el escenario pesimista” para IAG, según consta en las cuentas anuales del grupo.
El auditor considera que si IAG tiene que recurrir a más financiación en este escenario habría una "incertidumbre" que generaría dudas sobre la posibilidad de que el grupo "pudiera continuar".
A pesar de los vientos en contra y las alertas de algunos expertos, IAG todavía no ha recurrido a ningún rescate estatal para ahuyentar a la quiebra. De hecho, desde la llegada del covid incluso ha comprado Air Europa por 500 millones de euros. Aunque el precio real es casi del doble, 1.000 millones, si se tienen en cuenta las ayudas que ha recibido esta aerolínea y que ahora tendrá que devolver IAG.
Hasta ahora el holding de aerolíneas ha seguido dos estrategias para seguir existiendo. En primer lugar, instar a los Gobiernos a relajar la presión sobre el sector.
Antes de abandonar su puesto de CEO de IAG en 2020, Willie Walsh condenaba las cuarentenas impuestas por los Ejecutivos. "Tiene que haber un enfoque más constructivo por parte de los Gobiernos. Las largas cuarentenas deberían ser reducidas con el uso efectivo de tests en los aeropuertos como ya se ha demostrado en numerosos países", explicaba.
Su sucesor, Luis Gallego, también apelaba a los gobiernos hace unas semanas. "De momento necesitamos un régimen de tests para hacer la transición y que esos tests sean asequibles", pedía.
Pero IAG no solo se ha limitado a confiar en que los gobiernos escuchen sus plegarias. También ha recurrido a los mercados de capitales. Hace tres semanas la compañía emitió 1.200 millones de euros en bonos y hace medio año cerró una ampliación de capital de 2.750 millones de euros.
De momento la empresa está consiguiendo respirar. A cierre del 31 de diciembre de 2020 tenía una liquidez de 10.300 millones de euros, 1.000 millones más de lo que tenía a finales de 2019, cuando el coronavirus todavía no había revolucionado el mundo.