Estreno deslucido de Deliveroo, pincha en la Bolsa de Londres. La empresa de comida a domicilio ha comenzado con caídas de un 18% que minutos después se han incrementado hasta el 30% hasta 275 peniques.
Varapalo que sufre a pesar de que el precio de salida ha sido de 390 peniques, el mínimo de la horquilla establecida, debido a la volatilidad del mercado. De esta forma, Deliveroo recaudará 1.500 millones de libras (1.754 millones de euros). Y la capitalizacio partía desde 7.600 millones de libras (8.900 millones de euros).
Es la mayor oferta pública de venta en Londres desde la de Glencore de 2011 y también la mayor de una empresa de tecnología en ese mercado y la demanda había superado en varias veces la oferta.
Tras la operación, Amazon se mantendrá como el accionista principal de la firma, reduciendo su peso en el accionariado del 15,8% actual al 11,5% aunque el fundador y consejero delegado, William Shu, ostenta el control de la misma.
Sin embargo, los grandes inversores Aberdeen Standard Life, Aviva, Legal & General Investment Management y M&G anunciaron que no participarían en la operación, en medio de las críticas a los derechos de los trabajadores. Consideran que el trato que dan a sus "riders" no se adecúa a sus criterios de inversión socialmente responsable.
Dudas sobre su negocio
Algunos analistas también se preguntan si el negocio, que registra pérdidas, podrá justificar alguna vez su valoración. La compañía cerró 2020 con unas pérdidas netas atribuidas de 225,5 millones de libras (264,9 millones de euros).
Sin embargo, en la parte positiva está la evolución de las cifras de negocio durante la pandemia y que ha llevado a la empresa a registrar incrementos interanuales de las operaciones totales de más de un 120% en todo el mundo y de un 130% en el Reino Unido e Irlanda.
Las dudas sobre el ritmo de crecimiento también pesan ya que los más críticos cuestionan si Deliveroo podrán mantenerlo una vez que los restaurantes vuelven a abrir y los consumidores más jóvenes ya no tengan que comer en casa. Otros analistas creen que los hábitos de los clientes han cambiado para siempre y que la pandemia ha acelerado algo que ya estaba sucediendo.