China concluye su primer encuentro para lanzar uno de los proyectos más ambiciosos de los últimos años, el llamado Silk Road, o Belt and Road, y en el que ha prometido 124.000 millones de dólares como inversión inicial para construir una carretera que atraviese el país en su zona central. La reunión termina con luces y sombras. Las luces las ha puesto el gobierno chino y su fe en que el proyecto saldrá adelante con un éxito de participación internacional, y las sombras vienen precisamente por el lado internacional. Ausentes de este encuentro de dos días han estado Japón, India, los altos cargos de Estados Unidos, Alemania o Francia, e incluso ha terminado por no acudir nadie desde Corea del Norte, que ha llegado a lanzar un misil a 100 km entre la frontera entre Rusia y China. El ejecutivo de Xi Jinping ha trabajado para ignorar todos estos inconvenientes, e incluso ha firmado acuerdos concretos con alguno de los países que sí han acudido. Indonesia, por ejemplo, se llevará 4.500 millones de dólares para construir buena parte de las nuevas líneas ferroviarias que conectaran China en su centro.

Las exigencias de la economía china, sin embargo, también han tenido su protagonismo en esta cumbre. Son constantes los rumores sobre la posibilidad de que pinche una burbuja crediticia relacionada con el negocio inmobiliario en el gigante asiático, por lo que el gobierno está tomando medidas que bloquean los precios y la concesión de créditos muy abultados, pero a la vez frenan el crecimiento. Ocurre también que desde el Banco Central de China recortaron las inyecciones de liquidez al mercado para que las empresas comenzaran a reducir su deuda en lugar de refinanciarla, y aunque la medida ha dado sus frutos, también ahoga los márgenes de las compañías y alguna amenaza con cerrar. Para evitarlo, esta mañana se ha producido la mayor inyección de dinero en deuda corporativa desde el mes de enero. En concreto, 24.670 millones de dólares es lo que ha soltado en el mercado el banco central.


En Capital Radio el analista independiente, Rafael Galán, PERPE, ha repasado la evolución de las bolsas asiáticas y los últimos datos macro.


Desde el Banco de Japón llegan hoy nuevas declaraciones de su gobernador, Haruhiko Kuroda, que confía “en que Estados Unidos dé marcha atrás con su política proteccionista, porque podría impactar en el crecimiento mundial”. También se ha referido Kuroda a las subidas de tipos de interés que está llevando a cabo la Reserva Federal; “está muy bien el cambio de política monetaria si los datos son tan sólidos como parecen”. Una forma sutil de fiarse a medias de los datos estadounidenses.

De vuelta a China, un dato curioso. En la última década (según datos de Associated Press), más de 100.000 chinos han gastado cerca de 24.000 millones de dólares en programas que otorgan la nacionalidad a cambio de la compra de vivienda o de una fuerte inversión inmobiliaria. 40.000 de esos ciudadanos chinos fueron a Estados Unidos y se dejaron 7.700 millones. El resto, en su mayoría, eligieron Europa, donde la inversión es más cara.

Hong Kong ha firmado esta madrugada un principio de acuerdo con Australia para ampliar los detalles de su tratado de libre comercio. Aunque las exportaciones que realizan los australianos a la región especial de Hong Kong no tienen ningún tipo de traba y se realizan libres de impuestos, este nuevo acuerdo quiere trasladar mejoras a los servicios financieros. Cuatro quintas partes de las transacciones que los australianos realizan en el mercado las hacen precisamente en Hong Kong, y por eso quieren lograr un mayor acceso a los proveedores de este tipo de servicios. Un acuerdo que ambas partes quieren tener en marcha en menos de un año.