La ruptura entre BBVA y Sabadell probablemente no sea la última en este baile de fusiones bancarias orquestado y propiciado por el Banco Central Europeo. No será la última, pero tampoco es la primera. En los últimos años, los fracasos matrimoniales en el sector bancario van desde las "segundas partes ¿nunca fueron buenas?" como ocurre con Liberbank y Unicaja hasta la incógnita de si Sabadell acabará como el Popular: intentando casarse con todos para acabar con Ana Botín.
Unicaja y Liberbank: ¿segundas partes nunca fueron buenas?
En los últimos años ha habido muchas fusiones financieras que han terminado desconvocando el enlace matrimonial. Sin embargo, pocas tan cercanas a la llegada al altar como la de BBVA y Sabadell, que pretendían darse el 'sí quiero' en solo unas semanas. Uno de esos fracasos matrimoniales bancarios es como esa relación que, por lo que sea, se niega a dar por acabada: Unicaja y Liberbank.
También es una de las últimas, porque ambos bancos todavía están en conversaciones para llegar a un acuerdo. Según apuntan algunos medios, la ecuación de canje también podría ser el escollo para que las dos entidades llegaran al altar, al igual que ha pasado con BBVA y Sabadell. La última vez que Unicaja y Liberbank intentaron fusionarse, entre 2018 y 2019, la ecuación de canje volvió a ser el detonante de la ruptura.
Dicen que "segundas partes nunca fueron buenas", pero tampoco lo son los terceros en discordia. Porque en esta pareja bancaria se quiso inmiscuir Abanca, que informo a la CNMV a principios de 2019 de que lanzaba una OPA por Liberbank por 1.700 millones de euros en pleno proceso de fusión con Unicaja.
Cuando Ibercaja dejó tirado a Liberbank porque descubrió algo que no le gustó
De todas formas, la historia con Unicaja no sería la primera relación que le sale mal a Liberbank. En 2012 también intentó fusionarse con Ibercaja y Caja3. La operación se llegó a aprobar en mayo de ese año pero cinco meses después Ibercaja rompió con Liberbank por un test de estrés realizado por Oliver Wyman que demostraba las enormes exigencias de capital que tenía Liberbank en comparación con Ibercaja.
El soltero de oro: Banco Popular
Y, al igual que Liberbank, Sabadell tiene otra mancha en su historial de bodas truncadas. También se llegó a hablar de una fusión Sabadell-Popular, aunque la historia se quedó en los despachos. Ocurrió en 2016 y no llegó ni siquiera a hablarse de ella en términos oficiales. El diario Expansión aseguraba por aquel entonces que los contactos se habían interrumpido cuando ambos bancos empezaron a estudiar los números y vieron las necesidades de capital que se generarían y el volumen de pérdidas esperadas.
El Banco Popular fue el soltero de oro hasta juntarse con el Santander. Se llegó a hablar hasta de que BBVA le estaba rondando. Poco antes de ser comprada por 1 euros por el banco de Ana Botín se decía en algunos medios que Francisco González estaba dispuesto a desembolsar entre 5.500 y 6.000 millones para comprar el Popular.
Fue el Santander quien acabó llevándose al soltero de oro y casi por el menor precio posible. ¿Pasará algo parecido con Sabadell? ¿Será Ana Botín la que termine llevándose al banco que tanto quiere emparejar el mercado? Pablo García, desde Divacons Alphavalue, considera que Santander podría aprovechar la ventana de oportunidad ahora con Sabadell.
Quizá esa opción vuelva a ser bienvenida por el mercado para el banco catalán. Desde que se empezó a incluir al Sabadell en las quinielas de fusiones cuando Caixabank y Bankia anunciaron sus negociaciones, el banco había subido un 22,8% en bolsa hasta el cierre del pasado jueves. Solo con el movimiento de este viernes el banco ha perdido casi la mitad de toda esa subida.